PARA EL OTOÑO
El pueblo abandonado a una hora de Madrid que muchos todavía no conocen
A menos de una hora en coche del centro de Madrid se encuentra un curioso pueblo abandonado, parte del municipio madrileño de Villa del Prado. Allí no vive nadie desde el año 2000 y no quedan más que las ruinas de las antiguas casas que se construyeron a finales de los años cincuenta, que ahora atraen a toda clase de curiosos.
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Recientemente, aprovechando la llegada de Halloween te hablábamos sobre Ochate, el pueblo maldito de Burgos. Pero aunque ya haya pasado el 31 de octubre, sigue habiendo lugares encantados que merece la pena conocer en persona, y no solo en la Noche de Brujas.
Uno de esos lugares se encuentra en el municipio madrileño de Villa del Prado. Se trata de El Alamín, un pueblo que lleva más de veinte años completamente abandonado pero cuyos restos albergan mucha historia.
El Alamín todavía atrae a muchos curiosos, desde exploradores urbanos a fotógrafos y cineastas atraídos por los lugares abandonados hasta grafiteros y fans del airsoft, pasando por investigadores de lo paranormal. Por desgracia, no todos han sabido respetar las inmediaciones de este viejo pueblo y actualmente se encuentra vallado.
Los orígenes de El Alamín se remontan al 1957, año en el que el Marqués de Ruiseñada fundó este pueblo para dar hogar a los trabajadores de la finca homónima, cuyo dueño pasó a ser el Marqués de Comillas. En sus cuarenta casas vivieron durante décadas no más de 150 personas, quienes trabajaron labrando las tierras agrícolas del marqués.
Además de esas cuarenta casas, quienes se acerquen a ver lo que queda del pueblo verán que contaba con un convento y hasta una iglesia. Además, en El Alamín había una escuela, un bar, oficinas de correos y algún que otro negocio.
Aunque el viejo pueblo de El Alamín está rodeado de cuentos de fantasmas, como la muerte repentina de un pastor junto a su rebaño o que su iglesia está encantada por el espíritu del cura, ninguna parece ser cierta.
Más allá de las leyendas de este singular pueblo de la Comunidad de Madrid, que cuenta con unas 160 localidades sin población, es un claro ejemplo del abandono que lleva sufriendo el mundo rural durante las últimas décadas.
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