¿LO CONOCES?
El pueblo más pequeño de la provincia de Málaga
¿Sabes cuál es el pueblo más pequeño de la provincia de Málaga?. Tiene tan solo tiene 4,79 kilómetros cuadrados y te contamos todo lo que puedes ver y hacer si decides visitarlo este invierno. ¡No te lo pierdas!.
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Recientemente te hablábamos de Arandilla del Arroyo, el pueblo más pequeño de Cuenca y que tiene tan solo 11 habitantes. Pero... ¿sabes cuál es el más pequeño de la provincia de Málaga?.
Se trata de Árchez, una localidad apodada la Joya Merinita del siglo XII y que es una villa de origen morisco asentada sobre la falda de las Sierras de Tejeda y Almijara. Según la web Visit Costa del Sol, su paisaje urbano y su gastronomía de reminiscencias árabes son un recuerdo constante del pasado de este pequeño pueblo situado en la Axarquía.
El entramado de sus calles y la arquitectura de sus casas encaladas forman rincones pintorescos e inolvidables, lo que le confiere una seña de identidad única, hasta tal punto que forma parte de lo que se conoce como la Ruta del Mudéjar.
Se trata del pueblo más pequeño de la provincia de Málaga en cuanto a superficie, ya que tiene 4,79 kilómetros cuadrados. Además, cuenta con unos 400 habitantes, superando a Salares (apenas llega a los 300 vecinos), que es el más pequeño en cuanto a población.
Qué ver en Árchez
El alminar de la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, del siglo XIV, es la joya más preciada de Árchez y todo un ejemplo de la arquitectura almohade. Construido en ladrillo rojo, tiene 15 metros de altura, estructura cuadrada y decoración en rombos con temas vegetales. Por su valor histórico-artístico, fue declarado Monumento Nacional en 1979.
Además, la torre es el único elemento que se preserva de la antigua mezquita sobre la que se erigió la iglesia de la Encarnación. Es de estilo mudéjar, tiene una sola nave con armadura de madera, tres camarines tras la cabecera y hornacinas con imágenes en sus paredes laterales.
Por si no fuera poco, Árchez también conserva restos de una antigua muralla y tres molinos de harina ancestrales. El más famoso es el de Doña Fidela, ubicado en la cuenca del río Turvilla, muy cerca del centro del pueblo.
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