SU HISTORIA
Roja, blanca y morada: El origen de la bandera de Castilla y León
La bandera de Castilla y León es de color rojo, blanco y morado y tras varias complicaciones su presentación oficial fue en 1983. Desde Viajestic te contamos el significado de sus colores, su origen y todo lo que sabemos de su historia.
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En Viajestic nos encanta la historia y las curiosidades de las banderas de las comunidades autónomas españolas, por eso recientemente te contábamos los orígenes y el significado de la bandera de Extremadura. Y ahora, os queremos hablar de la simbología, origen y colores de la de Castilla y León porque nos interesa la vexilología, un estudio amplio de las banderas.
Como sabemos, el origen de las banderas se establece en la época medieval para que las tropas militares pudieran distinguirse en el campo de batalla. De este modo, el ejército identificaba a su ejército en la guerra gracias al escudo y una serie de colores que la formaban. Sin embargo, en España no llegó a popularizarse el uso de banderas hasta la invasión de los pueblos germánicos, quienes introdujeron esta costumbre para identificar a las tropas militares.
La bandera de Castilla y León, que es de color rojo, blanco y morado, tiene su origen en el periodo del siglo XIII, para representar la valentía del rey Pelayo al matar a un animal en la batalla de Guadalete, tal y como informa la Junta de Castilla y León.
Tras varios años de reconquista y tras la unificación de Castilla y León, se estableció una bandera conjunta entre ambos reinos de forma permanente en el año 1230 bajo Fernando III el Santo, quien diseñó la bandera definitiva. Sin embargo, no fue hasta el año 1983 cuando se estableció la bandera actual en el artículo 6 del Estatuto de Autonomía de Castilla y León.
Significado de los colores de la bandera de Castilla y León
- Rojo: representa la fortaleza, victoria, osadía y alteza.
- Blanco: simboliza la pureza, integridad, obediencia, firmeza, vigilancia, elocuencia y vencimiento.
- Morado: posiblemente sea el color que más significado e historia tiene, ya que el proceso histórico produjo la confusión entre el color morado y el púrpura. Este error sucedió cuando el ejército real de Carlos I derrotó a los comuneros en la batalla de Villar en 1521. Con el transcurso de los años y durante el reinado de Felipe IV, el morado representaba a los republicanos españoles de la I y II Repúblicas.
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