Trucos gastronómicos
Trucos para comer barato (y bien) en las vacaciones
Una de nuestras mayores preocupaciones a la hora de viajar es, como no podía ser de otra forma, el presupuesto. Precisamente por eso queremos traerte una serie de consejos que te ayudarán a comer bien sin gastar demasiado durante tus vacaciones.
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A la hora de irnos de viaje, siempre hay un ‘pero’ que nos echa para atrás. El presupuesto de nuestras vacaciones ideales muchas veces es imposible de afrontar y provoca que cancelemos nuestros planes o que apostemos por un destino diferente, que también llama nuestra atención y nos regalará buenos momentos, pero que no es el que siempre habíamos soñado. El transporte, el alojamiento y, por supuesto, los gastos que debemos afrontar durante nuestra estancia llegan a sumar cifras estratosféricas que nos devuelven de golpe a la realidad y en muchas ocasiones rompen la ilusión de los viajeros.
Sin ir más lejos, ¿cuántas veces lo teníamos todo previsto y, a la hora de consultar dónde podríamos comer en nuestro destino, se nos ha ido todo al traste? Hay ciudades y países en los que el tema de la gastronomía va acompañado de unos precios que ni siquiera parecen reales, y eso echa para atrás a muchos. Sin embargo, siempre, sin importar el destino, existe la opción de comer barato y, además, hacerlo bien. Puede que haya ciudades cuyo nivel de vida es alto, pero eso no significa que no podamos disfrutar de ellas y de su gastronomía sin que nuestro bolsillo se resista demasiado.
La opción más sencilla para comer bien y barato en las vacaciones es, simplemente, alojarse en un apartamento. Además de que en muchas ocasiones el propio alojamiento es bastante más económico que un hotel con comodidades similares, te dará la oportunidad de cocinar y ahorrar de esa manera mucho dinero. Si es un apartamento céntrico podrás hacer las tres comidas en él y si está algo más apartado al menos ya te estarás ahorrando el desayuno y la cena. Además, ¡los bocadillos siempre son una buena opción!
Otra de las opciones para comer bien sin dejarte todo el presupuesto es apostar por esos restaurantes típicos en los que veas que los habitantes de la ciudad en la que estás también entran. Muchas veces los precios más altos se encuentran en locales que están curiosamente plagados de turistas, mientras que las opciones más baratas y auténticas las encuentras en pequeños establecimientos que quizá no llaman tanto la atención, pero que son los elegidos por los nativos. Sin ir más lejos, en Madrid los precios más elevados se encuentran en plena Plaza Mayor, pero si te acercas a la Cava Alta encontrarás exactamente la misma oferta por mucho menos dinero.
Además, siempre ha sido un clásico apostar por puestos de comida callejera. En mercados o simplemente en las calles, puedes degustar algunos de los platos más típicos del lugar en el que estás o de otras zonas del mundo y hacerlo por muy poco dinero. Muchas veces es ahí donde encontramos verdadera autenticidad en la comida y, si te fijas, los puestos están repletos de personas que viven en esa misma ciudad. Aunque no tengan la fama y el renombre que tienen muchos restaurantes, comerás de lujo.
Por último, si tu presupuesto es realmente bajo y crees que hacer la compra en tu destino va a terminar con él, siempre puedes optar por llevar algo de comida de tu casa. El embutido es una apuesta segura que te salvará por completo.
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