Aniversario
Uno de los símbolos de Madrid cumple 400 años
La emblemática Plaza Mayor de Madrid cumple 400 años desde su construcción. Hoy en día disfrutamos de ella dando paseos, con el marcado de Navidad o en las terrazas de los bares y cafeterías allí emplazados.
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En el año 1617 se construye la Plaza Mayor siguiendo los trazos del arquitecto Juan Gómez de Mora. No tardó demasiado tiempo en terminarse y a ello se achacan los posteriores incendios que hubo en la misma. Su construcción se lleva a cabo bajo el reinado de Felipe III y después de que regresara la Corte de forma definitiva a Madrid.
Como el resto de plazas barrocas españolas, su trazado es rectangular y es un espacio cerrado destinado a ser centro de mercado, albergar corridas de toros y autos de fe. Estos últimos eran eventos públicos organizados por la Inquisición, en los cuales los condenados por el tribunal pedían la absolución por sus pecados.
Un famoso cuadro del pintor Francisco Rizi, albergado en el Museo del Prado, es un reflejo de lo que fue la Plaza Mayor y de la celebración de un auto de fe en Madrid el 30 de junio de 1680. Como podemos ver en la imagen, la transformación ha sido brutal. En el cuadro hay tribunas, estrados, tablados, colgaduras, etc. Esta obra cuenta la resolución de las causas de ochenta reos, veintiuno de los cuales fueron condenados a la hoguera.
Sin embargo, como mencionábamos antes, la Plaza Mayor también vio la celebración de actos sociales más amables como teatro y otros espectáculos públicos imaginables (procesiones religiosas y gremiales, entradas y bodas reales, proclamaciones, torneos y juegos de cañas, comedias y autos sacramentales, etc.). No obstante, fueron las corridas de toros y el rejoneo los que dieron a la plaza su mayor y más solemne significado.
La planta de la plaza es un rectángulo de ciento veinte por noventa y cuatro metros. Esta proporción se corresponde a una fórmula muy usada por los tracistas de la época, que se basa en que su lado menor es a y el lado mayor es la raíz cuadrada de dos, dando lugar a una operación sencilla de geometría, se conocía también como ‘la medida cierta.’
Cada uno de sus cuatro lados o aceras lleva un nombre distinto, que son: la Panadería, de Mercaderes de Paños, de la Carnicería y del Peso Real. Toda la planta baja de las fachadas está repleta de soportales sobre pilares de granito, menos en el frente que corresponde a la Casa de la Panadería que cuenta con arcos y su fachada es también distinta al resto.
El primero de esos incendios tuvo lugar tan solo unos años después de su construcción, en 1631, lo que dio lugar a varios trabajos de remodelación. En el año 1672 se sucede el segundo, y por último en 1790. Después de éste último, la plaza tuvo que pasar por una reconstrucción en la que intervino Juan de Villanueva y le dio a la plaza la imagen que hoy conocemos. Las obras duraron hasta el siglo XIX.
Es bajo el reinado de Isabel II cuando el sentido de la plaza fue alterado sustancialmente, pues se instaló la estatua de Felipe III a caballo en el centro de la planta.
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