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Venecia cobrará entrada a los turistas a partir de la primavera de 2024
El Ayuntamiento de Venecia ha aprobado la medida, que entrará en vigor en la primavera de 2024, de cobrar entrada a los turistas que visiten la ciudad con el fin de reestablecer el equilibrio entre residencia y turismo.
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Este verano la ciudad de Venecia ha estado en el punto de mira de muchos medios internacionales, recientemente te contábamos que el agua del Gran Canal aparecía teñida de color verde fluorescente. Y ahora se acaba de comunicar que la ciudad cobrará entrada a los turistas a partir de la primavera de 2024.
El Ayuntamiento de Venecia ha dado luz verde a la resolución que crea la obligación de pagar "una contribución de acceso", que inicialmente será de 5 euros, para los visitantes de la ciudad, con el fin de desalentar el turismo diario de masas a partir de la próxima primavera.
Venecia, que recibe a cerca de 30 millones de turistas al año, se convertirá así en la primera ciudad del mundo en establecer esta medida, que tras la revisión de las comisiones correspondientes será aprobada definitivamente el próximo 12 de septiembre y que se ensayará en 2024 durante unos 30 días, aún por definir, anunció su Ayuntamiento.
"A partir de hoy comienza un camino que emprendemos con humildad, sabiendo que habrá problemas que resolver y obstáculos que superar. Nadie nos lo ha mostrado antes, lo estamos trazando nosotros mismos en la creencia de que la gestión del turismo es una prioridad para el futuro de nuestra ciudad", dijo el concejal de Turismo, Simone Venturini.
Según se indica en la web municipal, "la resolución establece las directrices para la introducción de un nuevo sistema de gestión de los flujos turísticos, con la definición de principios generales, exclusiones, exenciones, controles y sanciones, a través de una plataforma multicanal y multilingüe que estará disponible en breve".
El objetivo "es desalentar el turismo diario en ciertas épocas, en línea con la delicadeza y singularidad de la ciudad", resalta el Consistorio, que especifica que la cuota de acceso "deberá pagarla toda persona física, mayor de 14 años, que acceda a la ciudad", salvo los residentes, los trabajadores y los estudiantes.
También quedan exentos los turistas que pasen la noche en la ciudad, los residentes de la región del Véneto, los niños menores de 14 años, las personas necesitadas de cuidados, los participantes en competiciones deportivas, las fuerzas del orden en servicio y los familiares de los residentes. "En general, la contribución se solicitará a los visitantes diarios", resaltó el Ayuntamiento.
Tras la aprobación del próximo día 12, la Junta municipal "definirá, además de los días afectados de la contribución (...), las franjas horarias de la contribución y el valor de la misma, que inicialmente será de 5 euros". No se trata de "una herramienta para hacer dinero, de hecho sólo permitirá cubrir los costos del sistema, pero garantizará a los residentes una mejor calidad de vida y a los turistas que se alojen una visita capaz de regalar emociones más vívidas", aseguró Venturini.
"El mensaje que queremos transmitir es que Venecia es accesible, abierta, pero los visitantes, tanto nacionales como internacionales, deben entender que se necesita una programación para gestionar mejor el equilibrio entre residencia y turismo", dijo el asesor de Presupuesto, Michele Zuin.
Venecia, fundada en el siglo V y convertida en potencia naval del Mediterráneo en el siglo X, es actualmente una de las ciudades más visitadas del mundo, con picos diarios de hasta 100.000 turistas que pernoctan en ella, mientras su población, de unos 50.000 habitantes, se reduce anualmente. El pasado 31 de julio, la UNESCO anunció que iba a proponer la inclusión de Venecia en la lista de patrimonio en peligro, ya que las medidas adoptadas por el Estado italiano para proteger a la ciudad y su laguna eran "insuficientes" y "deben ser ampliadas".
El Centro de Patrimonio de la UNESCO consideró el turismo de masas, los proyectos de reforma y el cambio climático como las principales amenazas de la ciudad italiana, ya que dañan a las estructuras de los edificios y a las zonas urbanas degradando su identidad cultural y social.
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