HUNGRÍA
El arte más transgresor deslumbra y embellece las calles de Budapest
El otoño es una de las mejores épocas para hacer una escapada. En este momento las temperaturas aún son suaves y conocer la ciudad centroeuropea de Budapest puede ser una fabulosa idea.
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Budapest es la capital de Hungría. Se constituyó como tal en noviembre de 1873, al unificarse las ciudades de Buda y Óbuda, en la orilla oeste del Danubio, y Pest, en la orilla este; de aquí deriva su nombre. Es considerada una de las capitales europeas más hermosas, está atravesada por el río Danubio y cuenta con varios lugares que son calificados Patrimonio de la Humanidad: el Castillo de Buda, la avenida Andrássy, la Plaza de los Héroes y el Metropolitano del Milenio -el metro subterráneo más antiguo del mundo, construido en 1896-.
Pero ahora vamos a conocer Budapest por su arte más contemporáneo. La capital de Budapest es un museo al aire libre y sus paseos y avenidas están repletas de arte urbano en forma de enormes y coloridos murales; un aliciente más para callejear por sus deliciosas calles.
Hay muchos barrios en esta ciudad donde podemos encontrar fachadas enteras pintadas de múltiples temáticas: dibujos animados y deportes y mucho arte abstracto. Vamos a hacer un recorrido por uno de los más famosos para vivir esta experiencia callejera.
Erzsébetváros es un barrio de moda que se encuentra en el distrito VII de Budapest. Era el antiguo barrio judío y ahora es una céntrica zona donde conviven tradición y modernidad a partes iguales. Junto a la sinagoga de la calle Rumbach Sebestyén podemos encontrarnos con un enorme retrato homenaje de la emperatriz Elisabeth, que da nombre al barrio: Erzsébetváros significa en húngaro “Ciudad de Elisabeth”. Otro mural con el que nos tropezaremos es el que conmemora la victoria de 1953 de la selección nacional de futbol sobre Inglaterra. También encontraremos un mural que homenajea a Ernö Rubik, el famoso inventor del cubo de Rubik, nacido en Budapest hace 78 años.
Y no podía faltar una representación del arte de nuestro país; el español Okuda retrató al diplomático Ángel Sanz Briz, conocido popularmente como el “ángel de Budapest”, que salvo de la deportación a centenares de judíos húngaros durante el Holocausto. Y el artista madrileño Dan Ferrer ha creado un enorme dibujo de Alicia en el País de las Maravillas que se encuentra en la calle Kertész.
El origen de este estallido de color en la ciudad surge a partir del Színes Város Fesxtivál, un evento para que artistas nacionales e internacionales llenen de arte la ciudad. Este evento nace gracias a la organización Ciudad de Colores, una agrupación húngara para colorear espacios públicos y legalizar el arte urbano -un cambio total de concepto- que ha conseguido crear una ciudad cosmopolita donde conviven históricos monumentos arquitectónicos con modernas pinturas callejeras.
Desde hace 13 años la capital húngara se convierte en la capital del arte urbano de toda Europa y numerosos artistas internacionales han llenado más de 60.000 metros cuadrados de pinturas, en paredes exteriores e interiores de toda Hungría.
Y desde septiembre también podemos descubrir las miniesculturas de Kolodko. Este artista ucraniano es conocido por sus esculturas en miniatura que se han convertido en su seña de identidad. Siguiendo el estilo de Banksy, Mihály crea hermosas miniaturas que aparecen de forma espontánea en las calles de Budapest, lo que produce mucha expectación entre sus seguidores.
Budapest se ha adaptado a los nuevos tiempos y ha conseguido que convivan los murales, que antes se consideraba un acto de vandalismo, con el histórico patrimonio arquitectónico de esta hermosa ciudad. Hungría ha convertido el arte callejero en una seña de identidad y una forma de llenar de color, de vanguardia y de alegría las calles de esta ciudad bañada por el Danubio.
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