PLAYAS
Así es playa de Saleccia, uno de los arenales más bellos de Córcega
La playa de Saleccia es un pequeño paraíso de difícil acceso que merece la pena visitar. Está en la isla francesa de Córcega.
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Cuando llega el verano, muchas personas tendemos a buscar destinos de playa para nuestras vacaciones, incluso aunque dispongamos de arenales en el lugar en el que vivimos. Es una época del año que, sin duda, invita a descubrir destinos nuevos y darse baños en aguas cristalinas. Por eso, la isla de Córcega es un sitio idóneo para escaparse durante estos meses y, en caso de hacerlo, hay un rincón que no puede faltar en el itinerario de viaje: la playa de Saleccia.
Hablamos sin duda de uno de los arenales más bonitos de la isla de Córcega y es de visita obligada durante un viaje a este destino francés. Se trata de una playa larga de arena blanca, tiene unos 1.200 metros de longitud, y se extiende a lo largo del desierto de Agriates.
El color turquesa del mar en la playa de Saleccia es de esos que se quedan grabados en la retina. Brilla, luce, enamora. Pero no solamente el color del agua llama la atención, sino que también destacan sus dunas de enebro, que separan la playa de un pinar por el este y de la marisma de Padulella por el oeste.
Además, si el viajero se acerca hasta el extremo occidental de la playa de Saleccia podrá ver de cerca la desembocadura del Liscu, un pequeño río costero que termina su recorrido en este punto exacto de la isla de Córcega. Eso sí, tanto para ello como para ver el regalo de la naturaleza que es la playa en sí misma, se ha de hacer un recorrido un tanto complicado.
Debes saber que a esta playa se puede llegar a pie por el camino de Saint-Florent, en barco o en coche. Pero en este último caso se ha de circular durante 12 km por una carretera un tanto destartalada y llena de baches. Hay quienes prefieren evitarlo, pero si tú decides hacerlo te encontrarás como recompensa una playa preciosa y bastante tranquila, a la que todavía no ha llegado el turismo de masas.
En el agua, eso sí, podrás ver barcos salpicados allí o haya, lo que te genera la sensación de estar bañándote en un pintoresco puerto. Aunque con ese mismo adjetivo podríamos describir a la playa de Saleccia en sí misma: pintoresca, paradisíaca, natural. Sin duda, merece la pena hacerle una visita. Solo así se puede disfrutar de su arena blanca, sus aguas turquesas del mar Mediterráneo, sus dunas de enebro, las paredes rocosas que la cobijan y las montañas de Cap Corse que quedan al fondo.
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