Un viaje a una de las historias mas negras de la humanidad
Auschwitz, mucho más que un lugar turístico
Cada vez es más habitual que personas de todo el mundo acudan a Auschwitz para descubrir por sí mismas la barbarie nazi, que tuvo en este pequeño lugar de Cracovia su rostro más visible. Sin embargo, no hay que olvidar que Auschwitz es mucho más que una visita turística.
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A lo largo y ancho del mundo encontramos miles de lugares que han llegado a ser reclamo de los turistas por su belleza, pero también hay otros muchos que lo son por la historia que abrazan. Es el caso de Auschwitz.
Auschwitz no es un simple lugar turístico aunque a veces dé la sensación de que se está convirtiendo precisamente en eso. Las excursiones a uno de los mayores campos de concentración que construyeron los nazis -sino el que más-, las visitas guiadas y el interés que desde hace décadas viene levantado este lugar están bien siempre que no se nos olvide que es mucho más que todo esto.
Más de un millón de personas fueron asesinadas en Auschwitz a manos del régimen nazi. Miles y miles de personas fueron torturadas, sometidas a diferentes experimentos, humilladas, esclavizadas, deshumanizadas. Sucedió en Auschwitz, un campo de concentración situado a unos 60 kilómetros de Cracovia, en Polonia, y sucedió en otros muchos puntos de Europa. La barbarie nazi terminó y hoy en día este lugar es conservado como una especie de recordatorio a nosotros mismos y un homenaje a las personas asesinadas de manera indiscriminada durante aquellos años de terror.
Comenzó siendo un lugar de paso para los prisioneros, enemigos del régimen nazi, pero pronto se convirtió en el reflejo más fiel del pensamiento y la forma de actuación que caracterizó a este régimen. Fue en febrero de 1944 cuando, por fin, el ejército ruso liberó a los pocos prisioneros que, en las mismas pésimas condiciones en las que habían sobrevivido hasta entonces, aún quedaban en el campo de concentración, después de que los alemanes lo abandonaran sintiéndose acorralados y vencidos.
Auschwitz cerró sus puertas pero son muchas las muestras del horror que se vivió aquellos años que aún se conservan, desde objetos personales de los prisioneros hasta fotografías de los mismos. Así que es un lugar turístico porque, sí, esto interesa. Interesa mucho. Pero no puede tratarse de simple interés, ni tampoco de mera curiosidad por este punto histórico; Auschwitz debe ser visitado con la solemnidad que requiere un lugar que ha visto cómo tantas personas perdían la vida.
Por eso, antes de acudir con una cámara de fotos en mano hay que hacerlo con plena conciencia del lugar que estamos pisando. Porque por encima de todo, por encima de cualquier cosa, Auschwitz es un lugar histórico. No hay belleza de ningún tipo, alberga una historia que nunca debe repetirse.
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