Deporte en el país andino
10 aventuras (arriesgadas) en Chile
En la última edición de los World Travel Awards, los Oscar del turismo, Chile ha sido elegido el mejor Destino de Turismo Aventura del mundo.
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Si es usted de esos a los que le va la marcha, apunten lo que pueden hacer allí: surf, trekking, snowboard, parapente, buceo, montañismo…
1. En bici por la Carretera Austral
Esta arteria es uno de los grandes recorridos de la Patagonia Norte. A través de ella se llega a distintos lugares de esos que fascinan la vista, como el Parque Nacional Queulat, el glaciar San Rafael y las espectaculares Catedrales de Mármol en el Lago General Carrera, el más grande del territorio chileno. Así que vaya engrasando y poniendo a punto la bici.
2. Snowboard en Los Andes
A pocos kilómetros de Santiago, en pleno relieve andino, se encuentran los famosos centros de montaña Valle Nevado, La Parva y El Colorado, repletos de excitantes y extensas pistas (también con iluminación nocturna). Las pronunciadas pendiente de Portillo, en pleno cruce de los Andes hacia Argentina, tienen un colchón de nieve espectacular para probar giros y piruetas. Estos lugares también despliegan la posibilidad de practicar el helisky, para disfrutar con la tabla de la vista de cráteres y volcanes.
3. Pesca deportiva
Quizás no sea un deporte de riesgo, pero quién sabe lo que se va a encontrar… La pesca deportiva tiene su harén en el río Aysén (una auténtica terapia contra el estrés). Entre los lagos que dibuja el río, es un gozo practicar las técnicas de pesca con mosca, trolling y arrastre, sobre todo a los pies de potentes ríos como los Simpson y Baker, repletos de salmones.
4. Olas brutales
Chile posee más de 4.000 kilómetros de costa, encima con unas olas que hacen las delicias de los surfistas venidos de todo el mundo, como la bautizada como El Gringo, en Iquique, que forma unos tubos de agua que son un verdadero placer, justo en la playa Cavancha. De hecho, esta zona central de país es la, como la llaman, la capital mundial del surf: en Punta de Lobos, en Pichilemu, las olas superan los cuatro metros de altura.
5. Mountainbike salvaje
Pedalear apaciblemente por la Carretera Austral está bien, pero los más arriesgados prefieren seguir los senderos del Parque Nacional Lauca o descender por las vertiginosas rutas costeras de Pan de Azúcar o por los escarpados cerros que rodean la cordillera de los Andes. No hay tregua.
6. Bajo el volcán
Alrededor del volcán nevado de Sollipulli se extiende uno de los paisajes más salvajes de Chile, que además se puede recorrer a través de senderos entre tupidos bosques húmedos que, a los 1.400 metros de altura, se transforman en galerías arbóreas de miles de años de antigüedad. Llegar a la cima es lo más grande. Si quiere poner la guinda, acampe en el glaciar.
7. Buceo en las profundidades
El paraíso submarino de los fondos del Océano Pacífico que baña Chile es un vergel para los aficionados al buceo. Lo suyo es partir desde Caleta Chañaral de Aceituno o Punta de Choros para sumergirse en la Reserva Nacional Pingüinos de Humboldt y bañarse con pingüinos, lobos marinos y nutrias. Pero el mito está en la Isla de Pascua, donde merece la pena explorar sus misteriosas cavernas y descubrir al moai sumergido en el arrecife de Las Áncoras.
8. Hora de volar: parapente
La geografía chilena está plagada de cerros y montañas de gran altura, escenarios perfectos para practicar parapente y paracaidismo. Un icono para el parapente es el Morro de Arica o el cerro Dragón, en Iquique, con escapadas voladoras que terminan en la orilla del mar. En Santiago, tanto el parapente como el paracaidismo son dos de los deportes de aventura con más seguidores: tirarse de un avión a más de 4.000 metros de altura acelera el corazón.
9. Running sin concesiones
El Parque Nacional Torres del Paine, ubicado en el extremo sur de la Patagonia chilena, es uno de los mayores orgullos del país. Allí se puede realizar el Ultra Rail Torres del Paine (UTTP), rutas en running que se internan a través de paisajes mágicos y asombrosos. Montañas de granito y hielo se elevan más de 2.500 metros sobre la ruta de la carrera y, de paso, uno puede ver cóndores, zorros, pumas, águilas y miles de guanacos.
10. Caminar sobre el hielo
Andar sobre glaciares y hielo es una sensación muy, muy… especial. Miedo y vértigo se juntan y aceleran el corazón. Y la Patagonia chilena es uno de esos lugares en donde experimentar esa aventura en toda su plenitud. Deambular por las construcciones de agua congelada que se ocultan en los Parques Nacionales Torres del Paine y Laguna San Rafael, o adentrarse en las grietas, ríos y túneles que se forman entre glaciares en el Ventisquero del Yelcho en la Carretera Austral. Obligado llevar un bastón.
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