FLORENCIA
Basílica de la Santa Cruz de Florencia y su curioso vínculo con el síndrome de Stendhal
Viajamos a Italia, concretamente hasta Florencia, para conocer el origen de la preciosa Basílica de la Santa Cruz.
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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Florencia, una de las ciudades más espectaculares y con más encanto de Italia. Entre los numerosos monumentos y construcciones que encontramos, hay una que llama poderosamente la atención. Estamos hablando, cómo no, de la Basílica de la Santa Cruz.
Se trata de una basílica gótica italiana cuya construcción comenzó el 3 de mayo de 1294 sobre las ruinas de una iglesia construida por los franciscanos cuando todavía vivía San Francisco de Asís. Su consagración se produjo, según el calendario florentino, el 6 de enero de 1443. No fue hasta diciembre de 1933 cuando fue declarada basílica menor.
La Basílica de la Santa Cruz de Florencia, a través de su historia
La edificación como tal comenzó en el año 1294, siguiendo los planos del arquitecto Arnolfo di Cambio. Estamos ante la que es considerada como la iglesia franciscana más grande del mundo. Sea como sea, se erigió sobre las ruinas de otro templo ubicado cerca de las murallas de la ciudad.
Debemos tener en cuenta que esos restos de una iglesia anterior no fueron localizados hasta el año 1966. Por aquel entonces, hubo graves inundaciones que dejaron asolada la ciudad. Tanto es así que, como consecuencia, parte del pavimento de la basílica se hundió y, por ende, pudieron hacer este descubrimiento.
Sea como sea, es más que evidente que este templo tiene una estrecha vinculación con la historia de la ciudad. En estos siete siglos desde que se erigió, la basílica ha experimentado un gran número de remodelaciones, así como numerosos proyectos con el objetivo de modernizarla.
Pero no solamente hay que destacar eso ya que, en un primer momento se trataba de una iglesia franciscana y, con el paso del tiempo, acabó siendo sepultura de grandes familias, así como de corporaciones de la conocida como Florencia medicea o, incluso, panteón de grandes glorias italianas.
Entre sus numerosos rincones a destacar, hay uno que llama poderosamente la atención. Estamos hablando, cómo no, de la conocida como Capilla Pazzi. Se trata de un recinto situado en el exterior de este templo y que fue construido después de 1429 como recinto funerario de los Pazzi, una de las familias más conocidas de la ciudad en el Renacimiento.
Lejos de que todo quede ahí, entre otras tantas cuestiones por las que es conocida esta Basílica, hay una que no deja indiferente a nadie. Y todo porque en 1817, en este mismo lugar, Stendhal padeció los síntomas por los que, desde entonces, es conocido el síndrome. ¡Muy curioso!
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