VENECIA
Basílica de Santa María de la Salud de Venecia: la curiosa promesa por la que se construyó
Viajamos a la conocidísima ciudad italiana para descubrir cuál es el origen de la preciosa Basílica de Santa María de la Salud.
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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Italia, concretamente hasta la preciosa ciudad de Venecia. Como no podía ser de otra manera, allí podemos encontrarnos con un gran número de construcciones, monumentos y rincones verdaderamente sorprendentes y mágicos. Un claro ejemplo es la conocida como Basílica de Santa María de la Salud.
Está ubicada cerca de la Punta de la Aduana y se construyó, al igual que ocurrió con las míticas e impresionantes Iglesias de San Rocco o del Redentor, exvoto de los venecianos. Y todo a causa de la terrible peste que diezmó la población en la primera mitad del siglo XVII.
Basílica de Santa María de la Salud de Venecia, a través de su historia
Para conocer su origen debemos viajar hasta una época concreta de la ciudad italiana. Nos referimos a la llegada de la peste, contagiada por el embajador del Duque de Mantua. A pesar de que fue internado en la isla del Lazzaretto Vecchio para tratar de evitar cualquier tipo de contagio, el simple hecho de haber tenido contacto con un carpintero hizo que la enfermedad de extendiera por la ciudad.
A mediados de marzo de 1630, Giovanni Tiepolo como patriarca de Venecia no dudó en hacer una promesa muy concreta. ¿En qué consistió? En erigir nada más y nada menos que una iglesia en la ciudad para dedicársela a la Virgen Santísima, y que recibiría el nombre de Santa María de la Salud.
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Fue entonces cuando el 26 de marzo de ese mismo año, tanto el dogo Nicolás Contarini, como el clero y gran parte del pueblo veneciano, se reunieron en la Plasa de San Marcos con un único objetivo: rezar. En el momento en el que la peste se extinguió, se había llevado consigo la vida de aproximadamente 80.000 venecianos. Entre ellas, la del patriarca y la del dogo.
A finales de noviembre de 1631, Baldassare Longhena se encargó de comenzar las obras en la Punta della Dogana, conocida como la aduana de Venecia, y se prolongaron hasta noviembre de 1687. Para poder erigir la basílica, se tuvieron que introducir nada más y nada menos que más de un millón de postes en el terreno y ganar una zona amplia al mar.
Basílica de Santa María de la Salud de Venecia, a través de sus características
Si hay algo que llama poderosamente la atención, a simple vista, son sus fachadas, así como sus impresionantes volutas que parece que sostienen la cúpula. En cuanto a la nave central, de forma octogonal, sobre la que se apoya una cúpula, está rodeada de nada más y nada menos que seis capillas menores.
No podemos dejar de mencionar tanto el altar mayor como el presbiterio, ya que destacan sobre la gran mayoría de los elementos que podemos encontrar en el interior de esta Basílica. De hecho, en el grupo escultórico que encontramos sobre el altar, está representada la Virgen con el Niño, simbolizando la Salud con la que defendió de la peste a Venecia. Esta obra llegó desde Creta a la ciudad italiana en el año 1670 por el dogo Francesco Morosini.
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Entre las grandes joyas que podemos encontrar en esta Basílica destacan, indudablemente, tres de las obras más espectaculares de Tiziano: Sacrificio de Abraham, David y Goliat, y Muerte de Abel. Todas ellas están ubicadas en el techo. Pero no son las únicas, ya que encontramos alguna obra más de este artista en la sacristía, como son Pentecostés, San Marcos entronizado rodeado de santos e, incluso, Las bodas de Caná. ¡Muy curioso!
Si hay algo a destacar es la Fiesta de Nuestra Señora de la Salud en la que cada 21 de noviembre, los venecianos atraviesan un puente de barcas que va desde la Plaza de San Marcos hasta la Basílica, y lo hacen para rezar. Una tradición que recuerda el origen de la construcción de este templo que se ha convertido en uno de los más significativos de la ciudad. ¡Y no es para menos!
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