Brescia: una bella ciudad que no puedes perderte si recorres el norte de Italia

Brescia es una ciudad de la región de Normandía, situada entre Milán y Verona, e ideal para hacer una parada y descubrirla en medio de una ruta por el norte de Italia. Fue nombrada Capital Italiana de la Cultura en el año 2023 y más allá de eso, tuvo una gran importancia durante la época de los romanos. Entonces se llamaba Brixia y de aquella ciudad todavía hay varias huellas bien conservadas en la actualidad.

De hecho, uno de los lugares que debes incluir en un itinerario por la ciudad de Brescia es el Parque Arqueológico de la Brescia romana, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2011. Allí podrás ver de cerca, entre otras cosas, su espléndido capitolio, un templo que fue construido en el año 73. Se levantó en honor de Júpiter, Juno y Minerva y todavía hoy conserva sus suelos originales de mármol policromado.

Por otro lado, en el interior del recinto también se pueden ver los restos de un antiguo santuario que se construyó en los primeros años del siglo I a.C y que se encuentran bajo el Templo Capitolino. En su interior se esconden algunos frescos de la época que constituyen un raro ejemplo de pintura romana de la época republicana en la parte norte del país.

Además, durante la visita al Parque Arqueológico de la Brescia romana podrás observar de cerca el teatro romano de la ciudad, cuya fecha de construcción se sitúa, según los expertos, entre los siglos I y III d.C. Aunque esta edificación no ha aguantado intacta hasta nuestros días, sí se conserva una parte de la cávea.

Pero claro está, no todo en Brescia va a ser recorrer las huellas que dejaron los romanos en esta ciudad. También hay otros lugares a visitar, como por ejemplo su reconocida plaza de la Loggia, considerado el conjunto arquitectónico más homogéneo de la urbe. Es una plaza cerrada del Renacimiento y lo que más destaca de ella es el palacio de la Loggia.

Por supuesto, en Brescia también hay edificios religiosos y concretamente, dos catedrales que no te puedes perder. Por una parte está la catedral vieja, que data del siglo XI y alberga obras de artistas como Moretto y Romanino. Por otro lado está la catedral nueva, que dispone de la tercera cúpula de mayores dimensiones de toda Italia solo por detrás de la de Santa María del Fiore de Florencia y la de la basílica de San Pedro de Roma.