Castillo de los Condes de Gante: ¿Sabías que llegó a ser un complejo industrial y fue ocupado por unos estudiantes?

Viajamos a Gante, una de las ciudades más espectaculares que podemos encontrar en Bélgica. Todo aquel que decida recorrerla, reconoce que le deja completamente sin palabras. Se trata de un lugar que derrocha magia y que está repleto de construcciones y monumentos que no dejan indiferente a nadie.

Un claro ejemplo lo encontramos en el Castillo de los Condes de Gante, situado en el casco urbano de la ciudad belga. Un dato de lo más curioso hace referencia a, precisamente, su sistema de defensa, que está prácticamente intacto. Y es que es el único castillo medieval de la provincia de Flandes que puede presumir de eso.

En la actualidad, se pueden visitar las diferentes salas del Castillo, así como la residencia condal, la torre del homenaje e, incluso, las murallas. En diferentes espacios se albergan exposiciones a modo de museo. Al estar abierto durante todo el año, esta construcción ofrece algo realmente especial y único al turista.

El Castillo de los Condes de Gante, a través de su historia

Para comenzar, debemos tener en cuenta que esta fortificación se erigió sobre unas imponentes dunas con orillas pantanosas, en mitad del río, conocido como Lys. La historia de este Castillo nos hace remontarnos a la época de la ocupación romana, cuando había un primer asentamiento en un banco de arena en el mencionado río.

Tiempo después, concretamente en la Edad Media, tras el paso de los vikingos por la zona, los Condes de Flandes decidieron reformar la gran mayoría de las construcciones de madera. Y todo para erigir una torre del homenaje que estuviera rodeada de un muro de piedra con nada más y nada menos que 24 torres. ¡Algo realmente espectacular!

Para conocer la historia de este Castillo, debemos fijarnos en la figura de Felipe de Alsacia. Su objetivo era dejar latente el gran poder que tenía entre sus manos. De hecho, en el portón de la entrada, encontramos una inscripción en latín que indica que fue Felipe quien construyó, en el año 1180, esta fortaleza.

Lo cierto es que el Castillo de los Condes de Gante se llegó a convertir en nada más y nada menos que en un símbolo de opresión feudal, así como abuso de poder. Y todo por la inquisición y sus métodos de tortura. De hecho, en la actualidad, podemos encontrar una exposición sobre los diferentes utensilios que utilizaban.

Pero el Castillo de los Condes no solamente brilló con luz propia en la Edad Media, sino también en la época de la Revolución Industrial. Y es que a finales del siglo XVIII se decidió venderlo a particulares, por lo que llegó a convertirse en nada más y nada menos que un complejo industrial.

De hecho, en el año 1807, este Castillo albergó una hilandería de algodón. Además, los edificios que se encontraban anexos sirvieron como alojamiento para las familias de los trabajadores. Una vez éstos se marcharon, así como la propia empresa, la fortaleza quedó prácticamente en ruinas.

Una vez se restauró la fortaleza, llegó a adquirir un significado completamente diferente. Tanto es así que es considerado como uno de los grandes puntos de interés de la ciudad belga. Y todo porque, entre otras cuestiones, en el año 1913 se celebró en este lugar nada más y nada menos que la Exposición Universal.

Un Castillo que fue ocupado por varios estudiantes

Si hay algo por lo que destaca Gante es que es una ciudad repleta de gente joven. De hecho, el paso del tiempo hizo que este punto se convirtiera en un lugar perfecto para realizar sus protestas. Es más, en una ocasión, se llegó a tomar posesión del Castillo de los Condes por un fin concreto: mostrar su rechazo y desacuerdo ante la inesperada subida del precio de la cerveza.