BULGARIA
Catedral de San Alejandro Nevski de Sofía: ¿cuál es la historia de su nombre y por qué se erigió en esta ciudad?
Ponemos rumbo a la capital de Bulgaria para conocer la historia de uno de sus símbolos: la Catedral de San Alejandro Nevski.
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Viajamos hasta Sofía, la capital de Bulgaria, para conocer la historia de una de sus edificaciones más fotografiadas y visitadas. Estamos hablando, cómo no, de la Catedral de San Alejandro Nevski. No solamente estamos ante nada más y nada menos que la sede del Patriarcado de Bulgaria sino que, además, es considerada como una de las 60 catedrales cristianas más grandes de todo el planeta.
Es más que evidente que con sus 72 metros de largo, 42 metros de ancho y 52 metros de alto, se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad de Sofía. Se trata de la segunda catedral más grande de la zona de los Balcanes, únicamente superada por ese templo de San Sava de Belgrado.
La Catedral de San Alejandro Nevski, a través de su historia
Para conocer su origen, debemos tener en cuenta que, en 1879 durante la Asamblea Constituyente en Tarnovo, se tomó una decisión realmente crucial. ¿En qué consistió? En nada más y nada menos que en “construir un monumento a la brillante hazaña de la Liberación, en el que la sangre de los libertadores se fusione con la sangre de los liberados.
Fue entonces cuando se hicieron diversas propuestas y, en un primer momento, se escogió Tarnovo. Posteriormente se cambió de decisión, escogiendo la ciudad de Sofía tras haber sido elegida como capital. Fue precisamente el príncipe Alejandro quien no dudó en hacer un llamamiento a los búlgaros.
Por lo tanto, esta construcción se llevó a cabo gracias a las diversas donaciones públicas con el fin de honrar tanto a soldados rusos como búlgaros que murieron en la histórica guerra ruso-turca que se llevó a cabo entre los años 1877 y 1878. Fue este suceso quien propició la llamada Liberación de Bulgaria de ese Imperio Otomano.
La primera piedra de esta Catedral se colocó a principios de marzo de 1882, coincidiendo con el aniversario de la histórica firma del Tratado de San Stefano. Uno de los datos más curiosos es que, en los propios cimientos de esta construcción, se decidió colocar una caja de metal en la que quedaron registrados todos y cada uno de los miembros de ese gobierno.
Debemos tener en cuenta que el diseño de esta Catedral de San Alejandro Nevski fue de Aleksandr Pomerántsev, modificando ese proyecto inicial de Iván Bogomólov. El diseño final terminó de hacerse en 1898 y la construcción contó con un gran número de arquitectos, artistas y decenas de trabajadores.
Un dato curioso es que tanto los mármoles como las lámparas fueron creados en Múnich, mientras que los elementos metálicos de las puertas viajaron desde Berlín. Las propias puertas se fabricaron en Viena y, por último, los icónicos mosaicos se trajeron, directamente, desde la ciudad italiana de Viena.
¿A qué debe su curioso nombre?
Este templo lleva el nombre de Alejandro Nevski, conocido como gobernante del principado de Nóvgorod. Se trata de una figura absolutamente clave en la historia de la Edad Media de Rusia, y todo por su defensa del cristianismo ortodoxo frente a los constantes ataques tanto de católicos como de tártaros y teutones. Por lo tanto, y como no podía ser de otra manera, estamos ante una figura realmente venerada en la Iglesia ortodoxa.
Debemos saber que, a la izquierda del altar de esta Catedral, se sitúan las reliquias de Alejandro Nevski. Aunque en la placa que podemos encontrar en ese lugar, se refiere a ellas como “reliquias”, lo cierto es que esos restos pueden identificarse perfectamente con nada más y nada menos que una costilla.
Como dato curioso, entre los años 1916 y 1920, esta edificación cambió su nombre, puesto que era conocida como “Catedral de San Cirilo y San Metodio”. ¿Cuál fue el motivo? Que, por aquel entonces y durante la Primera Guerra Mundial, Bulgaria y Rusia formaban parte de bandos opuestos. A pesar de todo, la Catedral no tardó en recuperar su nombre original.
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