LIECHTENSTEIN
Catedral de San Florián de Vaduz: te contamos por qué se construyó en honor a este Santo y cuál es su historia
Viajamos hasta Vaduz, capital del Principado de Liechtenstein, para conocer la historia que hay detrás de la Catedral de San Florián.
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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la ciudad de Vaduz, capital del Principado de Liechtenstein. Se trata de uno de los destinos que más está dando de qué hablar en los últimos años. Y siendo honestos, no es para menos. Allí encontramos un gran número de rincones, historias, leyendas y edificaciones verdaderamente mágicos.
Un claro ejemplo lo encontramos en la conocida como Catedral de San Florián. Se trata de una impresionante iglesia, de estilo neogótico, en la que se encuentra la sede de la arquidiócesis de la ciudad. Aunque en su origen era nada más y nada menos que una iglesia parroquial, fue el Papa Juan Pablo II quien, en diciembre de 1997, le otorgó el rango de Catedral.
Pero eso no fue lo único que hizo este Papa en cuanto a la Catedral de San Florián de Vaduz se refiere. Y es que, en diciembre de 2002, proclamó la archidiócesis de la capital del Principado de Liechtenstein. Antes de que esto se produjera, en la ciudad residía nada más y nada menos que un deán, que era completamente dependiente de la diócesis de Coira. Por lo tanto, fue un gran paso.
Para conocer su historia, debemos viajar al periodo comprendido entre los años 1869 y 1874. Por aquel entonces Fiedrich von Schmidt, uno de los arquitectos más reconocidos del país, tenía un gran proyecto entre manos: erigir una construcción religiosa sobre los cimientos de una antigua iglesia medieval.
Es importante tener en cuenta que esta Catedral se erigió en honor al Santo patrón de la ciudad, Florián de Remüs. Se trata de un Santo del siglo IX, que proviene de uno de los lugares más sorprendentes de toda Europa. Estamos hablando, cómo no, del Valle de Vinschgau.
Uno de los datos curiosos de esta Catedral de San Florián de Vaduz es que, en su interior, encontramos varios sepulcros. Y todos pertenecen a personas de la realeza que, de una manera u otra, han marcado un antes y un después en la historia más reciente del Principado de Liechtenstein.
Por un lado se encuentra el de Francisco José II, príncipe soberano y por otro el de la condesa Georgina de Wilczek, su consorte. Debemos tener en cuenta que los dos fallecieron en el año 1989. Pero no son los únicos sepulcros de esta Catedral, ya que allí descansan los restos de Francisco José de Liechtenstein, su hijo menor, y también las princesas Isabel de Gutmann y María Kinsky de Wchinitz y Tettau. Por lo tanto, estamos ante una edificación religiosa estrechamente vinculada con la realeza y que, sobre todo, merece muchísimo la pena visitar.
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