El Chocó Andino, un destino para quienes practican el ecoturismo

El Chocó Andino, en Quito, es la séptima Reserva de la Biosfera de Ecuador desde que en 2018, hace tan solo cuatro años, la UNESCO incluyera este espectacular lugar en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera; está a tan solo 45 minutos del centro de Quito, capital de Ecuador, y es un bosque en el que los amantes del ecoturismo disfrutarán de lo lindo, y no sólo ellos, también los fans del turismo de aventura y por supuesto quienes gozan del turismo científico, académico y educativo. Y es que el Chocó Andino es un santuario natural, ahora protegido, en el que viven mamímeros como el oso de anteojos, el puma y el olinguito.

286.000 hectáreas es el nada desdeñable espacio que ocupa esta reserva natural, un espacio que podrás recorrer disfrutando de diferentes rutas de senderismo ¿los lugares más destacados del Chocó Andino? Estamos seguros de que lo que no querrás dejar de visitar en en este santuario natural es la reserva Geobotánica del Pululahua ¿por qué? Porque se trata de uno de los pocos (¡poquísimos!) cráteres en los que vive el hombre, la razón de que esto sea así es que la tierra de este cráter es muy fértil y la agricultura se convierte en un medio de subsistencia más que sostenible. Además, y gracias a diferentes proyectos de conservación desarrollados dentro del Chocó Andino, es posible alojarse en alguna de las casas familiares del cráter, tanto en las del pueblo de Yunguilla como en las de Nono; indudablemente este es el mejor modo de conocer no sólo el Chocó Andino sino también la tradición y cultura de quienes viven en él.

Otro de los lugares destacados del Chocó Andino es el Corredor Ecológico del Oso Andino, una zona que se delimitó para proteger el hábitat de esta especie endémica y evitar así que pudiera llegar a extinguirse.

Visitar el Chocó Andino es una de las cosas que no puedes dejar de hacer si visitas la capital de Ecuador, Quito, es además muy fácil porque te llevará menos de una hora llegar a esta Reserva de la Biosfera desde el centro de la ciudad, tal vez la planificación de tu viaje te impida hacer noche en este santuario natural pero de lo que no debe privarte al menos es de recorrer algunos de sus senderos y maravillarte ante su naturaleza fértil y frondosa, el silbido de las aves y, quién sabe si el paseo taciturno de un oso andino...

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