Perú y Bolivia
Conoce las curiosas islas flotantes de los Uros, en el lago Titicaca
El lago Titicaca es posiblemente uno de los más famosos en todo el mundo y uno de los más grandes del continente sudamericano. Se encuentra situado entre Perú y Bolivia, en la cordillera de los Andes, y una de sus principales peculiaridades que no todo el mundo conoce son las islas flotantes de los Uros. Si nunca has oído hablar de ellas, este artículo te resultará muy interesante.
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Los Uros, también conocidos como Urus, es un pueblo ancestral, indígena y originario de Perú. Si buscamos su origen, veremos que ya existían en épocas anteriores a los incas, siendo así la población más antigua existente en este territorio allá por el año 1200 a. C. En la actualidad, sus islas flotantes son conocidas debido a su gran particularidad: islas artificiales creadas con juncos.
A poco más de 10 kilómetros de la ciudad peruana de Puno, nos encontramos con estas islas flotantes. Son plataformas de pequeño tamaño que se han ido construyendo gracias a un material, posiblemente el más importante para ellos: los juncos de totora. Con él, han construido un conjunto de unas ochenta islas, además de barcas y viviendas, entre otras cosas.
La totora es una planta acuática que los Uros han sabido aprovechar muy bien, puesto que crece justo en este lago. Cuando las raíces de las plantas salen a flote, se encargan de recolectarlas, cortándolas en grandes bloques que van uniendo para formar así las islas. Más o menos cada dos semanas deben añadir una nueva capa superior de esta planta, además de anclar las islas con cuerdas y piedras que se hunden a unos tres metros de profundidad.
Las islitas son bastante grandes y en ellas viven familias que, de igual manera, han fabricado sus viviendas y su medio de transporte (barcas) con totora. Su modo de vida es muy tradicional, subsistiendo a base de la agricultura, la caza de aves, la pesca o de los trueques comerciales. Además, el turismo es una parte muy importante de su economía ya que reciben muchos visitantes al año que acuden interesados por sus formas de vida. Algo que también les da beneficio son las artesanías que fabrican con totora, además de collares y otros complementos.
Si alguna vez te animas a visitarlas, puedes participar en su día a día, ya que tendrás la oportunidad de disfrutar de sus actividades cotidianas. Depende de los días que allí quieras permanecer, te enseñarán la forma de cortar correctamente la totora y otras actividades, como navegar en sus botes. Te encontrarás con una comunidad muy acogedora y dispuesta a enseñarte sus tradiciones más importantes.
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