Corricella, el pintoresco pueblo italiano que no te puedes perder

Italia es un país que cuenta no solamente con grandes y fascinantes ciudades como Roma, Verona, Florencia o Venecia, sino también con pueblos más pequeños que tienen igualmente su encanto. Ese es el caso de Corricella, una localidad costera muy cercana a la ciudad de Nápoles. Un pueblo marinero colorido, pintoresco, perteneciente a la bella isla de Procida e ideal para desconectar.

Sus casas se encuentran construidas en acantilados que miran al mar, como formando un anfiteatro. Sus fachadas, pintadas cada una de un color distinto en tono pastel, son uno de los principales reclamos turísticos del lugar. Se ven desde lejos, cuando uno se dirige a la isla en barco, e invitan a fotografiarlas sin parar.

Pasear por sus calles resulta verdaderamente agradable. Libre de coches, los pocos turistas que se acercan hasta allí pueden caminar a su ritmo y sin preocupaciones. Así se descubren cúpulas, ventanas coloridas, arcos y escaleras que llevan a rincones perdidos por la localidad.

Aunque cabe apuntar que mientras que algunas de esas calles son más tranquilas, otras están llenas de vida. Ese es el caso, por ejemplo, de la Via Vittorio. Hablamos de una de las calles principales de Corricella y está repleta de tiendecitas y pequeñas cafeterías en las que sentarse a descansar. En Corricella, por otro lado, también hay restaurantes en los que degustar rica comida con vistas al mar.

Además, callejeando por Corricella podrás llegar hasta edificios interesantes, como por ejemplo el monasterio de Santa Margherita. Aunque esto no es lo único por ver en esta villa costera de Italia en la que se concentra la mayoría de la población de la costa este de la isla.

También es de visita obligada su puerto deportivo, salpicado de barcos atracados que esperan su turno para salir a navegar. Es allí donde más se respira el olor a sal de Corricella, el que es el pueblo costero más antiguo de toda la isla de Procida. Además, tampoco puedes olvidarte de pasar por la playa de Chiaiolella o por el mirador de Terra Murata.