Viajes para peregrinos y otros amantes de la historia
¿Cuál dirías que es el pueblo más bonito de Francia?
Rocamadour es, probablemente, el pueblo más bonito de Francia. Probablemente, sí, porque de la belleza de esta localidad nadie tiene duda alguna pero confirmar que no hay pueblo en Francia que supere en belleza a este es una sentencia discutible porque, como sucede con los colores, hay pueblos para todos los gustos. Nosotros hoy nos quedamos en Rocamadour.
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Rocamadour es un pueblo de interior, está en la región de Occitania, al sur de la ciudad de Burdeos y su estampa es realmente imponente; es un pueblo levantado en un acantilado y no falto de leyendas, de ahí que sea no solo uno de los pueblos más bellos de Francia sino de los más interesantes.
Por su belleza y la de su entorno Rocamadour es un pueblo que ha atraído a artistas y bohemios a lo largo y ancho de toda su historia, a los arqueólogos también les ha interesado siempre por su difícil construcción y además ha sido un lugar de peregrinaje ¿a santo de qué santo? a santo de una Virgen en realidad, una Virgen Negra con su propio santuario que ha sido visitada no solo por peregrinos de toda Europa sino también por reyes, aristócratas e importantes figuras religiosas.
Pero no estamos comenzando la historia por donde se debe, por el principio ¿por qué se llama este pueblo Rocamadour? Cuenta la leyenda que en el año 1162 unos monjes Benedictinos localizaron, en el interior de uno de los siete santuarios de este pueblo, el cuerpo incorrupto de San Amador; al parecer el cuerpo había sido sepultado en una tumba labrada en la piedra del acantilado.
Son estos siete santuarios, las reliquias de San Amador y la Virgen Negra quienes convierten a Rocamadur en lugar de peregrinación, solo el Monte Saint Michel recibe más visitantes que los santuarios de Rocamadour, santuarios a los que se accede desde la parte baja del pueblo ascendiendo unas escaleras de 226 peldaños. Tanto si te mueve la fe (hay quien sube la escalera de rodillas) como si lo hace la curiosidad, la arqueología, o la pasión por la belleza, lo que verás cuando subas la Gran Escalera bien habrá merecido el esfuerzo, allí está la bella plaza de las Iglesias y el mirador del cañón de Alzou.
Lo que no debes dejar de visitar es la capilla de Notre-Dame (Notre-Dame de Rocamadour, por supuesto) porque en la entrada de esta capilla e incrustada en la piedra está Durandal, la espada que Carlomagno entregó a su sobrino Roldán, allí está también la talla de la Virgen Negra que tantos peregrinos ha atraído a lo largo y ancho de los siglos, se trata de una estatua del S.XII de Santa María de Rocamadour.
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