La Italia más bella
Descubre Sirmione, la auténtica joya del Lago di Garda
Sirmione es, indudablemente, una de las grandes joyas que esconde el Lago di Garda de Italia. Te invitamos a descubrir esta localidad con nosotros.
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El Lago di Garda no solamente es uno de los lagos más bonitos de Italia, sino de los más grandes. Por ese mismo motivo, tienes que hacer más de una parada para conocerlo al completo. Eso sí, una de las grandes joyas que esconde este lugar italiano es, indudablemente, Sirmione.
Se trata de una localidad ubicada al sur del lago. Se encuentra en una estrecha península de unos 4 kilómetros de largo aproximadamente, con 100 metros de ancho en su punto más estrecho. Cuenta con playas, termas, un castillo de ensueño y un casco urbano donde los restaurantes, escaparates y heladerías no faltan.
Al recibir un gran número de turistas en verano, es evidente que las estaciones del año perfectas para descubrir Sirmione son primavera y otoño. En la antigüedad, esta localidad llegó a fascinar tanto a artistas como poetas. Un claro ejemplo lo vemos en Catulo, tanto es así que su familia tenía una villa en este lugar.
Lo que más nos deja sin palabras es asomarnos al propio Lago di Garda, puesto que parece incluso un mar ubicado entre los mismos Alpes y la llanura tan característica de ese norte de Italia. No debemos olvidar que sus aguas bañan tres regiones muy diferenciadas: Lombardía, Trentino Alto Adigio y, por supuesto, Véneto. Sirmione pertenece a esta última.
Las playas son una delicia y muy accesibles para el baño. El agua no está fría a pesar de la cercanía con los Alpes pero, aun así, es increíble puesto que el Lago di Garda es un lago muy tranquilo, sin apenas viento y transparente. Bien es cierto que las playas que están más cerca del castillo son las más concurridas, por lo que las más solitarias las encontrarás si avanzas hacia el norte.
¿Qué podemos destacar de Sirmione?
Una de las cuestiones a tener en cuenta es, indudablemente, el Castillo Scaligero. Nos recibe nada más entrar a ese casco antiguo tan característico. Es más, para acceder a esa parte de la localidad tienes que pasar junto al precioso puente levadizo. Se trata de una fortaleza medieval, rodeado de un canal y en cuyo interior hay una dársena. Fue mandado construir por Mastino I della Scala, allá por el siglo XIII, con fines meramente defensivos.
Otra opción son las conocidas como Grotte di Catullo (grutas de Catulo). Se trata de uno de los restos romanos más importantes que se conocen del norte de Italia. Esas ruinas permanecieron hasta, aproximadamente, el siglo XIX cubiertas por una densa vegetación por lo que las columnatas parecían cuevas. Se les llamó Catulo por el poeta que vivió en esa misma localidad en el siglo I a.C. Eso sí, estudios afirmaron que esa villa era posterior por lo que ese nombre es un mero homenaje.
Y por último, como punto fuerte a destacar, son sus termas. No es ningún secreto que el agua de Sirmione es rica en azufre, por lo que se lleva utilizando durante muchísimo tiempo con fines terapéuticos. En la actualidad, hay dos instalaciones termales: La de Catullo (en el casco antiguo) y las de Virgilio (entre Colombare y Lugana). ¡Una auténtica maravilla!
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