GUATEMALA
Descubre el Templo del Gran Jaguar, uno de los grandes símbolos de Guatemala
El Templo del Gran Jaguar se ha convertido en uno de los grandes símbolos de Guatemala. ¿Cuál es su historia? ¿Por qué lleva ese nombre? ¡Lo descubrimos!
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El templo del Gran Jaguar, también conocido como Templo I, se trata de un templo de carácter funerario-ceremonial que fue construido por la civilización maya. Estamos ante una de las construcciones más sorprendentes que podemos encontrar en Guatemala. Está situada en Tikal, en la región de Petén, y es uno de los grandes ejemplos en cuanto a edificaciones de esta época.
Este templo tiene este peculiar y sorprendente nombre por el espectacular jaguar que hay tallado en el mismo dintel de su puerta principal. Una cuestión a tener en cuenta es que esta edificación ha sido utilizada para un gran número de ceremonias-rituales. Y es que es considerada, por la cultura maya, como la puerta al inframundo. ¡Sorprendente!
Esta construcción es la más espectacular que podemos encontrar en Tikal. Estamos hablando de la ciudad más grande que había en la época maya-clásica-tardía. De ahí su espectacularidad, en todos los sentidos. A pesar de que hace muchos siglos que se erigió, lo cierto es que se descubrió en el año 1848. En ese momento Modesto Méndez, gobernador de Petén, tomó la decisión de organizar una espectacular expedición en la selva. Gracias a esta idea, pudieron tener la oportunidad de descubrir la sorprendente y siempre mágica ciudad maya de Tikal.
Para conocer la historia de este tiempo debemos remontarnos a varios siglos atrás, concretamente entre los años 682 y 721 d.C. Por aquel entonces gobernaba Hasaw Cha’an Kawil. Estamos ante una pirámide funeraria donde, en efecto, este alto cargo maya fue enterrado. Su altura es una de las cuestiones que más llama la atención, ya que casi llega a los 50 metros y cabe destacar que su construcción terminó entre los años 740 y 750 d.C. La cúspide de este templo del Gran Jaguar, originalmente, se decoró con una espectacular escultura del rey en su trono. En la actualidad apenas podemos encontrar resquicios.
La tumba en sí de este rey maya se descubrió años más tarde. El arqueólogo Aubrey Trik, en el año 1962, dio con ella. Entre los objetos que lograron recuperar de este funerario lugar se encuentran huesos humanos y animales con algunas inscripciones, personas talladas, conchas o, incluso, recipientes de cerámica que estaban repletos de ofrendas. Un lugar absolutamente fascinante y mágico que podemos encontrar en Guatemala. ¡No dejes pasar la oportunidad de visitarlo!
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