MÉXICO

Equinoccio de primavera en Chichén Itzá

Chichén Itzá es uno de los enclaves mayas más importantes de México y visitarlo en marzo es una magnífica idea. Te contamos por qué.

Pirámide de Kukulkán. Chichén Itzá (México)

Pirámide de Kukulkán. Chichén Itzá (México)Pixabay

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Visitar México es siempre una buena idea, de su costa caribeña a la del Pacífico, ahora bien, hay épocas en las que esta recomendación es, si cabe, mejor que en otras; un buen ejemplo lo tenemos este mes de marzo ¿por qué? La culpa es de la serpiente emplumada… y del modo en el que los mayas construyeron la pirámide de Kukulkán, la más emblemática de todas las pirámides mayas que se mantienen en pie a día de hoy.

En la actualidad no se puede subir la pirámide de Kukulkán pero eso, especialmente si visitas Chichén Itzá en marzo, es lo de menos porque lo más espectacular de esta construcción se goza desde el terreno que la rodea durante unas horas de este mes y es que, coincidiendo con el equinoccio de primavera, se produce al atardecer un juego de luces sobre las piedras que forman la pirámide que te dejará sin palabras… sentirás que la leyenda es cierta y que la serpiente emplumada, que descansa en la cima de esta pirámide (quienes pudieron subirla y acceder a su interior lo saben…) desciende hasta el suelo…

Chichén Itzá
Chichén Itzá | Pixabay

Este espectáculo natural (y naturalmente provocado por los constructores de pirámides mayas) se produce sólo durante unas horas coincidiendo con los equinoccios de primavera y otoño (alrededor del 20 de marzo en primavera y del 22 de septiembre en otoño); esta pirámide, la de Kukulkán es como un inmenso calendario y no sólo por el descenso de la serpiente emplumada, también por su propia estructura: son exactamente 365 los escalones que llevan del suelo a la cima de esta imponente construcción, por ejemplo.

La importancia de este efecto natural (y a la vez provocado, insistimos) no tiene tanto que ver con las leyendas como podríamos imaginar, lo cierto es que los mayas eran una civilización agrícola y el conocimiento de los cambios de estación era para ellos esencial, marcaba sus cosechas.

Pirámide de Kukulkán (Chichén Itzá. México).
Pirámide de Kukulkán (Chichén Itzá. México). | Pixabay

Sólo por visitar el sitio arqueológico de Chichén Itzá ya merece la pena cruzar el Atlántico pero, ya que lo haces, date el el gusto de disfrutar del equinoccio de primavera con vistas a la pirámide de Kukulcán y remata tu experiencia mexicana gozando de la cocina local, por ejemplo, en la Riviera Maya, un destino que te permitirá conocer otros sitios arqueológicos mayas como Tulum.

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