Iglesia de San Roque de Barranquilla: la curiosa historia tras su construcción y su consagración

Es el momento más que perfecto para poner rumbo hasta la ciudad colombiana de Barranquilla. Allí encontramos un gran número de monumentos, construcciones y rincones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos en la conocida como Iglesia de San Roque.

Se trata de un templo católico que se erigió bajo la advocación de San Roque de Montpellier, que es el patrono de Barranquilla. De estilo neogótico, su construcción comenzó el 31 de octubre de 1853. No fue hasta mediados de agosto de 1857 cuando llegó el impulso definitivo, de la mano del presbítero Rafael Ruiz.

La Iglesia de San Roque de Barranquilla, a través de su historia

Para conocer su origen, debemos viajar hasta el año 1849. Por aquel entonces, la ciudad se vio azotada por una epidemia de cólera. Algo que provocó, inevitablemente, la muerte de un gran número de habitantes. Fue entonces cuando una familia logró hacerse con una imagen de San Roque, y no tardaron en decorar la habitación en la que se encontraba para que se pareciese, lo más posible, a una capilla. Muchas eran las personas que se acercaban hasta ese lugar para venerar al Santo.

La gran mayoría de ellos rezaban para que la epidemia acabase lo antes posible. Es más, prometieron que erigirían una iglesia en su honor si eso sucedía. Tras terminar esta complicada época, los habitantes de Barranquilla quisieron ponerse manos a la obra para empezar a hacer realidad su promesa. No fue hasta el 12 de septiembre de 1853 cuando el gobernador de la provincia de Sabanilla solicitó la licencia para llevar a cabo estas obras.

La respuesta fue negativa, puesto que la iglesia de San Nicolás, por aquel entonces, estaba en bastante mal estado y no había suficientes fieles como para erigir otro templo. Fue entonces cuando Rafael Ruiz, sacerdote y vicario de San Nicolás, protagonizó un acto de rebeldía en contra de sus superiores. ¿En qué consistió? En colocar él mismo la primera piedra de la Iglesia de San Roque, el 31 de octubre de 1853. Las obras duraron poco más de 4 años, y se inauguró a mediados de agosto de 1857.

En cuanto a la consagración, debemos tener en cuenta que monseñor José Romero, obispo de Santa Marta, se negaba a hacerlo. Por lo tanto, un grupo de personas decidieron verse con el obispo de Cartagena de Indias para que hiciera lo propio. La respuesta de monseñor Bernardino Medina también fue negativa. Lo intentaron en más ocasiones hasta que el primer día de enero de 1867, el techo del templo se hundió.

Fue entonces cuando Rafael Ruiz dedujo que era un mensaje de Dios por haberse “rebelado contra sus superiores”. Tras pedir perdón, monseñor José Romero accedió a consagrar la Iglesia a finales de julio de 1881. A finales de 1899, el sacerdote Manuel de la V. Coronel ordenó la realización de unos planos para proceder a la reconstrucción de este templo.

En esta ocasión, monseñor Pedro Adán Brioschi, como obispo de Cartagena de Indias, fue el que colocó la primera piedra para la reconstrucción de esta nueva Iglesia de San Roque, y lo hizo en 1900. Tan solo duró 14 años, puesto que las columnas que habían levantado se destruyeron. Para evitar un nuevo error, contrataron al reconocido ingeniero Antonio Stoute. Tras acabar las obras, la nueva Iglesia de San Roque se consagró en octubre de 1941 por monseñor Francisco Ituriza.

Sea como sea, lo cierto es que este lugar es uno de los más venerados de Barranquilla, pero también de toda Colombia. En esta Iglesia encontramos un gran número de lo que se conocen como iconos sagrados. No solamente llama la atención por sus características, sino también por la historia de superación de todos aquellos que hicieron hasta lo imposible por cumplir la promesa que hicieron a San Roque.