ITALIA
Isla Tiberina de Roma: ¿Por qué se erigió un templo dedicado al dios Esculapio?
Es el momento de conocer la curiosa historia que hay detrás de la Isla Tiberina que podemos encontrar en la ciudad italiana de Roma.
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Viajamos hasta la ciudad de Roma, una de las que más visitas reciben en toda Europa. Y siendo honestos, no es para menos. Es evidente que cada vez son más las personas que deciden viajar hasta esta ciudad para dejarse llevar por su historia, sus leyendas y sus monumentos.
Lo cierto es que no deja indiferente a nadie. Es el momento más que perfecto para centrarnos en una isla situada en el río Tíber, cerca de la conocida como Colina Capitolina. Estamos hablando de la Isla Tiberina, conocida entre otras cuestiones porque albergaba nada más y nada menos que el Templo de Esculapio, dios romano de la medicina y la curación. A su vez, también llama la atención por tener forma similar a la de una barca.
La Isla Tiberina, a través de su historia
Por el lugar en el que está situado, en mitad del río, esta isla era la forma perfecta para tratar de aislarse, en cierta manera, de la ciudad. Es más, durante la Edad Media, el mencionado templo dedicado al dios romano de la medicina fue utilizado como fortaleza.
Pero no solamente tuvo esa función, ya que también llegó a ser convento franciscano y hospital para tratar una plaga. No fue hasta el año 1900 cuando se le concedió su uso al Hospital Israelí.. De hecho, la parte más alta de la Isla Tiberina alberga el conocido como Hospital de San Juan de Dios, uno de los más importantes de la capital de Italia. Para poder acceder a esta isla, debes hacerlo por dos antiguos puentes, como son el Puente Cestio y el Puente Fabricio.
La peculiar forma de la isla es casi lo que queda de ese imponente templo. Para conocer más detalles de esto, tenemos que viajar al año 293 a.C., cuando la peste azotó la ciudad. El Senado acordó la construcción de un templo en honor al dios de la medicina. Además, se organizaron para obtener, en Epidauro, una estatua de este dios.
A su regreso, en el instante en el que estaban rodeando el río, una serpiente (que es el símbolo de Esculapio) salió de la barca en la que se encontraban y comenzó a nadar hasta la isla. Este gesto hizo que creyeran que el Dios quería que, en ese mismo punto, se edificara el templo.
La Isla Tiberina, a través de sus leyendas
Una de las más sonadas nos hace viajar al momento de la caída del Rey Tarquinio el Soberbio. Y es que se dice que los romanos no dudaron un solo segundo en arrojar su cuerpo en un punto concreto del río Tíber, donde luego surgiría la isla. Y todo porque, sobre ese cuerpo, se habrían acumulado sedimentos y tierra que traía el río Tíber.
Hay otra versión de esta peculiar leyenda, y es que los romanos tomaron la decisión de recoger todos y cada uno de los granos de trigo reunidos por el Rey Tarquinio el Soberbio para arrojarlos al mismo punto en el que surgió esa isla. Lo cierto es que estas historias, y el paso del tiempo, provocaron que la Isla Tiberina terminase convirtiéndose en un sitio que provocaba cierto rechazo, e incluso malos augurios.
Es más, cabe destacar que hasta que no se construyó el Templo de Esculapio, la gran mayoría de los romanos evitaban pasar por este lugar. De hecho, los grandes criminales eran condenados a estar en este sitio hasta sus últimos días. De ahí que quisieran evitarlo a toda costa.
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