México lindo
Islas Marías, de prisión a paraíso
He aquí una prisión de máxima seguridad convertida en reserva natural, así las Islas Marías pasan de ser infierno a convertirse en paraíso.
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Será a partir del próximo mes de julio cuando las Islas Marías pasen a formar parte de la magnífica oferta turística de la costa mexicana del Pacífico; la isla María Grande acogía hasta hace no mucho tiempo una prisión de alta seguridad que ahora ha sido transformada en un centro educativo para promover el respeto y protección de la biodiversidad de la zona, y es que el archipiélago de las islas Marías es un paraíso natural.
Tal es la riqueza natural de las islas Marías que en el año 2010 la UNESCO las declaró Reserva de la Biosfera; al tratarse de un entorno natural con baja interferencia humana, casi nula de hecho más allá de la prisión de la isla María Grande, la rica biodiversidad de la zona se ha mantenido casi intacta y así seguirá siendo porque aunque a partir de ahora vayan a estar abiertas al turismo, la intención es que no dejen de ser uno de los archipiélagos más biodiversos de México sino que sea precisamente esa biodiversidad y su protección lo que haga atractivas estas islas como destino turístico. Hablamos, pues, de ecoturismo.
Y hablamos de ecoturismo no solo por el destino en sí, una reserva natural, sino porque en estas islas se promoverán las actividades de turismo sostenible de modo que los visitantes de las islas Marías puedan disfrutar de este bello entorno sin dañarlo; además visitar este archipiélago puede resultar en cierto modo inquietante porque la prisión de alta seguridad de la isla María Grande funcionó como tal hasta hace bien poco (hasta 2019) y lo hizo durante más de un siglo (desde 1905), cuentan que allí pasaron días de encierro incluso algunos presos célebres en México como el escritor y activista Jose Revueltas.
Lo más interesante será entonces visitar la isla María Grande, la única habitada, pero no por ello debemos olvidar el resto de islas del archipiélago: la isla de María Magdalena, la de María Cleofas y el islote de San Juanito porque toda la reserva, el archipiélago entero, es un paraíso para los amantes de las aves: aquí viven la Amazona de las Tres Marías (un loro que no existe en ningún otro lugar salvo aquí), los bobos de patas azules, los sinsontes azules, colibríes de pico ancho... y eso sin contar con las aves migratorias que pasan por aquí en algún momento del año.
Claro que no todo va a ser mirar al cielo, este archipiélago se convertirá también en uno de los destinos más deseados por los buceadores y por los fans del snorkel pues estas islas esconden en sus aguas arrecifes de coral, muchos moluscos, más de 20 especies de tiburones y 10 de rayas; eso además de unas olas estupendas para practicar surf y otros deportes acuáticos.
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