MERCADOS GASTRONÓMICOS
Mercado de Meidling, un destino vienés imperdible para foodies
Se nos acumulan las visitas imperdibles en Viena... pero no por ello vamos a renunciar a recorrer el mercado de Meidling.
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Cuando el verano toca a su fin, huele a otoño y se acerca octubre empezamos a pensar en los famosos mercados de Navidad europeos con su vino caliente, sus villancicos, sus luces y sus preciosos adornos navideños, ahora bien, esos magníficos mercados no deben hacernos olvidar los mercados clásicos, los que funcionan todo el año como el Mercado de Meidling en Viena, en funcionamiento desde el año 1873.
El de Meidling es un mercado tradicional con 150 años de historia que, en los últimos años, se ha transformado para adaptarse a los nuevos tiempos y es que su escaso mantenimiento lo había convertido en un lugar oscuro en el que algunos soñaban con levantar edificios convirtiéndolo en una zona residencial... Afortunadamente se impuso la opinión de quienes pensaban que el mercado de Meidling no pedía a gritos ser demolido sino reformado y conservado ¿resultado? Se ha convertido en un lugar tan atractivo para los habitantes del Grätzel de todas las edades y, tras ellos, han llegado también los viajeros que están de paso en la ciudad.
Este mercado está muy bien comunicado en transporte público con el resto de la ciudad y, además, es un lugar ideal para desayunar o incluso para comer, no digamos ya para disfrutar de un tentempié y es que es famoso por la diversidad de delicias culinarias que ofrece: tiendas delicatessen, tabernas de vinos, restaurantes de autor, bistrós, confiterías de escándalo, cafés, queserías... y la posibilidad de disfrutar tanto de bocados internacionales como de la cocina tradicional vienesa ¿sabías que aquí también se preparan callos y caracoles? Podrás degustarlos. Y no creas que estamos ante un mercado clásico que cierra antes de que se ponga el sol, aquí podrás incluso cenar en locales con música en vivo.
El Mercado de Meidling, si bien sigue siendo un estupendo mercado en el que hacer la compra con sus carnicerías, panaderías, fruterías, charcuterías... se ha transformado también en lugar de encuentro para sentarse a desayunar, comer o cenar a mesa puesta; y, por si esto fuera poco, en su parte norte cuenta además con una zona de rastro permanente en la que puedes encontrar casi cualquier cosa, también, a modo de curiosidad, una cabina telefónica reconvertida en librería y alguna tienda canina.
No creas que necesitarás un día entero para recorrer este mercado, es de hecho, con sus 50 puestos, uno de los más pequeños de la ciudad, ahora bien, es famoso por su genuino ambiente vienés, de ahí que sea una visita obligada si quieres conocer y degustar la auténtica capital de Austria y es que en este mercado apenas hay franquicias.
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