LAGOS
Minnewater: estas son las leyendas alrededor del lago del Amor de Brujas
¿Conocías algunas de las historias que esconde este romántico lago de la bella ciudad de Brujas?
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Si Brujas es una ciudad tan turística es gracias a lugares como el parque de Minnewater y el conocido lago del Amor. Hablamos de un lugar romántico por el paisaje a su alrededor, pero también por las historias y leyendas que hay tras él sobre su origen.
Se trata de un lago en el que a menudo se pueden ver cisnes y que antiguamente era el puerto de la ciudad. Ahora no hay barcos, pero sí que hay muchos prados que lo llenan todo de verde en las épocas calurosas y de tonos ocres cuando llega el otoño. El paisaje es verdaderamente precioso. Pero como decíamos, prados y cisnes no es eso lo único que hay en Minnewater. También hay muchas leyendas a su alrededor y es de eso precisamente de lo que vamos a hablar.
Por ejemplo, hay una leyenda que dice que el lago del Amor de Brujas se formó en el siglo XII después de una gran tormenta. Según dicha historia, a raíz de las grandes lluvias se creó un canal natural que conectaba la ciudad con el mar y eso facilitó el acceso a las rutas comerciales. Poco a poco, y gracias a eso, el lago Minnewater se convirtió en el lugar de encuentro de embarcaciones que llevaban telas y encajes.
Esa leyenda, sin embargo, no es tan mágica como esta otra que cuenta que en Brujas vivía una doncella de nombre Minna que se enamoró de un humilde hombre llamado Stromberg. Su padre no aprobó la relación, motivo por el que organizó todo para que su hija se casara con otro varón, en este caso de la clase social que su hija, para él, merecía. Pero Minna no estaba de acuerdo, por lo que huyó y apareció muerta en el lago. Su amor por Stromberg, el hombre humilde, fue eterno gracias a que él le dio sepultura a su amada en el fondo del lago.
En torno a los cines del lago de Minnewater también hay una leyenda. Cuenta que el archiduque de Austria, Maximiliano I, quiso castigar a la ciudad de Brujas después de que allí se ejecutara a un administrador de su corte. El hombre se llamaba Pieter Lanchals, que significa 'cuello largo', y por eso Maximiliano I obligó a que para siempre hubiese cisnes en ese lago.
Por supuesto son leyendas y no tienen por qué ser ciertas, pero siempre es más bonito e interesante visitar lugares con historias como estas detrás.
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