BUENAS VISTAS

Mirador del Gándara: El lugar más desconocido de Cantabria con vistas a unas espectaculares cascadas

El valle del río Gándara le da nombre al mirador que se alza sobre él, desde el que se puede contemplar las maravillas naturales que ofrece este verde rincón de Cantabria. Te lo contamos todo sobre este paradero y sus alrededores.

Mirador del Gandára, en Cantabria

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El norte de España ofrece paisajes increíbles que merece la pena visitar. Sin embargo, no siempre apetece andar durante horas por senderos para conocer la naturaleza de alguno de sus rincones, como por ejemplo, el pueblo más bonito para visitar en agosto según el National Geographic, que está en Cantabria.

Por eso, para esos días, los miradores son los lugares perfectos a los que ir. Llegar hasta allí ya es un buen plan para pasar la mañana o incluso puede ser un buen punto medio en el que pararnos a descansar cuando viajamos entre destino y destino.

El mirador del que os hablamos hoy es ideal para contemplar de un vistazo una pequeña parte del encanto que esconde el interior de Cantabria. Porque Cantabria es mucho más que sus playas. Se trata del mirador de río Gándara, que pertenece al Parque Natural de los Collados del Asón, ubicado en el pueblo de La Gándara.

La principal razón por la que este mirador es tan especial es porque se encuentra a escasos kilómetros del nacimiento del río Gándara, y desde él se puede ver la parte más espectacular de su recorrido. Es decir, el momento en el agua cae por las rocas y el río forma varias cascadas, que reciben el nombre de Fuentes del Gándara.

Parte del encanto del mirador de la Gándara es que se trata de una gran plataforma metálica suspendida en el aire. Y si bien es completamente segura gracias a sus barandillas de cristal, el hecho de que esté en voladizo puede agobiar a quienes tengan vértigo y a los menos entusiastas de las alturas.

Sin embargo, la plataforma hace posible una majestuosa vista panorámica y en altura de todo el valle, en el que reina el verde de los campos y los robledales, salpicado por el color de las pequeñas casas a lo lejos.

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