FRANCIA
Ópera Garnier de París: quién ordenó su construcción y por qué es conocida popularmente con ese nombre
Es el momento más que perfecto para conocer la historia que hay detrás de la Ópera Garnier que podemos encontrar en la capital de Francia.
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París es una de las ciudades que más visitantes recibe año tras año. Y siendo honestos, no es para menos. Todo aquel que decide visitarla, promete regresar en algún momento de su vida. Muchos son los monumentos y edificaciones que llaman poderosamente la atención. Una de ellas, sin lugar a dudas, es la Ópera Garnier.
También conocido como Palacio de Garnier, estamos ante uno de los edificios más conocidos del histórico IX Distrito de París. Fue Napoleón III quien no dudó un solo segundo en ordenar la construcción de este edificio. El encargado de hacerlo realidad fue el arquitecto Charles Garnier.
Su inauguración se llevó a cabo en el año 1875, recibiendo el nombre de Academia Nacional de Música-Teatro de la Ópera. Este título lo ostentó hasta el año 1978, cuando pasó a llamarse Teatro Nacional de la Ópera de París. Tiempo después, concretamente en 1989, la sede de la Compañía de la Ópera pasó al Teatro de la Bastilla, por lo que la antigua sede comenzó a llamarse Palacio Garnier, popularmente conocido como Ópera de Garnier.
Ópera de Garnier de París, a través de su historia
Napoleón III quiso realizar una serie de transformaciones en la ciudad durante el histórico Segundo Imperio. Fue el barón Haussmann quien tuvo el honor de supervisar todas y cada una de las obras que se estaban llevando a cabo. En 1858, el emperador autorizó al barón que se derrumbasen nada más y nada menos que 12.000 metros cuadrados.
El fin no era otro más que construir un segundo teatro para las compañías de ballet y ópera de la capital francesa. El proyecto se otorgó a Charles Garnier y no fue hasta 1861 cuando se colocó la primera piedra. Las obras comenzaron en 1862. Una curiosidad respecto a esta construcción tiene una estrecha relación con la emperatriz Eugenia de Montijo.
Se dice que la esposa de Napoleón III se animó a preguntar a Charles Garnier, durante la construcción de este Palacio, si éste tendría un estilo romano o gótico. El reconocido arquitecto exclamó una de las frases más conocidas de la historia de París: “¡Es en estilo Napoleón III, señora!”.
A pesar de los esfuerzos, lo cierto es que la construcción de este Palacio tuvo un gran número de contratiempos. Entre otras cuestiones, la obra se paralizó al toparse con una serie de cuevas de aguas subterráneas. Éstas tuvieron que ser absorbidas por imponentes bombas hidráulicas, proceso que llevó unos ocho meses de demora.
Por si fuera poco, también se paralizaron en 1870, coincidiendo con la caída del Segundo Imperio Francés y la conocida Comuna de París. Finalmente, su inauguración se llevó a cabo en enero de 1875. A lo largo de los años se realizaron diversas restauraciones como la de 1994. Es importante destacar que en 2011, la arquitecta Odile Decq se encargó de abrir un restaurante en ese histórico lugar.
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