VIAJES GASTRONÓMICOS
Platos típicos de la gastronomía checa para viajar a través del paladar
¿Tienes ganas de cocinar platos nuevos? Pues te hablamos de algunos que no solo te permitirán probar nuevas combinaciones de sabores sino que te darán la oportunidad de viajar a la República Checa desde la cocina de tu casa.
Publicidad
Hay muchas personas que viajan movidas por los platos típicos de cada país. Viajes gastronómicos, se les llama. Pero hay ocasiones en las que no hay ni tiempo ni dinero suficiente como para recorrer el mundo. Sin embargo, hay una solución bastante sencilla, que si bien no es lo mismo se le puede asemejar bastante: cocinar platos de alrededor del mundo para viajar a través del paladar.
En esta ocasión hemos hecho una lista de platos típicos de la República Checa, entre los que abundan las sopas de igual modo que lo hacen en otros de sus países vecinos. Por eso hemos decidido comenzar hablando de la bramboračka: una sopa de patata que lleva también champiñones y verduras y se adereza con pimienta y perejil.
Por otro lado, debes saber que en la cocina checa se suele hacer mucho uso de carnes. Así, si quieres viajar a la República Checa a través del paladar quizá te venga bien cocinar koleno o, lo que es lo mismo, codillo. Es uno de los imprescindibles del país y su principal característica es que está crujiente por fuera pero bastante tierno por dentro. Los chechos marinan la carne con cerveza y hierbas y después la acompañan con pan checo o encurtidos, por ejemplo.
Seguimos con la carne, porque otro de los platos más famosos allí es el vepřo-knedlo-zelo, un asado de cerdo que se prepara sazonando carne con ajo y cebolla y asándola tras condimentarla con pimienta y comino. Pero quizá sea más de tu gusto el goulash checo, que es carne estofada y acompañada por salsa y knedlíky, un pan esponjoso típico de allí que quizá también te animes a preparar en casa.
Por otro lado, también puedes probar a cocinar nakládaný hermelín, queso en escabeche que se deja macerar durante días en pimiento, aceite, ajo y especias. Y si te apetece algo dulce, un postre, puedes optar por hacer trdelníks: rollos de masa huecos que se cuecen de forma lenta en el interior de una barra que gira. La parte externa se cubre después con azúcar y frutos secos y en el interior se echan distintos ingredientes, como crema de cacao, nata o helado.
Este no es, sin embargo, el único postre que se come de forma habitual en la República Checa. Así pues, tienes otras opciones para viajar a este país a través del paladar. Una de ellas es cocinar kolache, unos panecillos rellenos de compotas de fruta o ingredientes salados como queso y jamón. Y otra es lanzarte a cocinar ovocné knedlíky, que son albóndigas rellenas de fruta y cubiertas de requesón o mantequilla.
...
También te puede interesar...
Los 5 mejores platos de España según la Guía Michelín
Publicidad