Pompeya: así es este tesoro arqueológico italiano

Si miramos un mapa del sur de Italia, seguramente identifiquemos Pompeya como una de las ciudades más conocidas de la zona: se trata de una ciudad muy antigua cuyos yacimientos son visitados por muchas personas de alrededor del mundo todos los días. La ciudad fue enterrada por una capa enorme de lava en el año 79 d.C, momento en que el volcán Vesubio entró en erupción. Pero tiempo después, concretamente en el año 1550, se procedió a desenterrarla.

Los trabajos de excavación no fueron cosa de unos pocos meses o años. De hecho, los arqueólogos siguen todavía descubriendo nuevos edificios y frescos que permanecen sepultados. Tanto es así, que los expertos piensan que el 40% de la antigua Pompeya sigue todavía bajo tierra. Pero no el 60% restante, que actualmente está a la vista y se ha convertido en todo un atractivo turístico en Italia.

En una visita a Pompeya se puede caminar por calles empedradas mientras se ven de cerca antiguos edificios que pertenecieron a la Pompeya romana. Eso te hace sentir como si viajaras en el tiempo, concretamente a unos 2000 años atrás en la historia, pues los edificios datan de entonces.

¿Qué edificios? Por ejemplo la Casa del Fauno, que se construyó en el siglo II a.C y se desenterró en el año 1830. Es, sin duda, uno de los monumentos más importantes de Pompeya y también una casa romana de inmensas dimensiones. Además, también se puede ver el Templo de Apolo, dedicado a un dios griego y levantado entre los siglos VIII y VII a.C.

Eso no es todo, sino que en Pompeya hay muchos otros lugares por descubrir. La Villa de los Misterios es uno de los edificios mejor conservador de entre todos los que han sido excavados. Y el foro, antiguo lugar de reunión de los romanos, tampoco tiene desperdicio. Hablamos de una plaza de aproximadamente 150 metros de largo y a su alrededor se levantan edificios de suma importancia durante aquella época.

Más curioso que todos ellos es otro de los edificios que se pueden visitar hoy en día en Pompeya: el Lupanar. Se trata de un antiguo prostíbulo en el que todavía se conservan varias habitaciones con camas de piedra. Pero tampoco es lo último por ver en Pompeya, pues también puedes acercarte al complejo de baños romanos Terme Sabiane, al teatro grande o al teatro pequeño, además de a su anfiteatro, el más antiguo que se conserva.