PARÍS
Puerta de Saint-Denis: historia y datos curiosos de uno de los símbolos de París
Es el momento más que perfecto para conocer la Puerta de Saint-Denis de París a través de su historia, pero también de sus datos curiosos.
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No es ningún secreto que París, con el paso del tiempo, se ha convertido en una de las ciudades más visitadas de Europa. Año tras año, cada vez son más las personas que deciden dejarse llevar por el encanto que desprende, así como por su magia. Son muchos los monumentos que consiguen, sin lugar a dudas, dejarnos sin palabras.
Un claro ejemplo lo encontramos en la conocida como Puerta de Saint-Denis. Estamos ante uno de los monumentos más sorprendentes de la capital de Francia y está situado nada más y nada menos que en el X Distrito. Concretamente, en el antiguo vallado de la ciudad que fue construido por Carlos V pero que, años después, Luis XIV decidió derribar.
Es tan sumamente importante para la historia de la ciudad que, debemos tener en cuenta, que la Puerta de Saint-Denis supuso el punto de entrada a París de los reyes que eran coronados en la espectacular Catedral de Reims. En cuanto a la Puerta en cuestión, fue construida por François Blondel y Michel Anguier en el año 1672 por orden de Luis XIV.
Tenía como objetivo nada más y nada menos que celebrar sus grandes proezas en los campos de batalla. Concretamente las victorias en el Franco Condado, así como en el Rin. El lugar escogido para su construcción no es producto de la casualidad, ya que se erigió sobre los restos de un bastión del siglo anterior. En 1988 se llevó a cabo una restauración que duró, aproximadamente, una década.
La Puerta de Saint-Denis de París, a través de sus características
Estamos ante un arco de triunfo que, evidentemente nos recuerda a otro de los grandes arcos europeos. Estamos hablando, cómo no, del llamado Arco de Tito, situado en la ciudad de Roma. La puerta de Saint-Denis cuenta con, aproximadamente, 25 metros de altura así como 5 metros de ancho.
Además, cuenta con un único arco aunque tiene dos pequeñas puertas, abiertas en los pedestales. Por encima de estos encontramos un par de obeliscos que están repletos de trofeos. Como suele ocurrir en este tipo de monumentos, existen varias figuras y relieves. En ellos quedan reflejadas las mencionadas victorias en el campo de batalla.
Por si fuera poco, también podemos leer unas letras en dorado, que dicen lo siguiente: “Ludovico magno”. Se traduce en “Luis el Grande” y se trata de una clarísima alusión al monarca francés que encargó su construcción. Sea como fuere, con el paso del tiempo, ha conseguido ser uno de los monumentos más visitados por los turistas. ¡Y no es para menos!
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