RECONVERSIÓN INSÓLITA EN ALEMANIA
El reactor nuclear que se convirtió en parque de atracciones
La ciudad de Kalkar, en Alemania, puede presumir de ser la única en todo el mundo en la que una chimenea gigante, destinada en principio a albergar un reactor nuclear, haya sido convertida en un lugar de juegos para niños y no tan niños. Allí se encuentra Wunderland, un parque de atracciones sin igual.
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Tiene 600.000 habitantes al año y donde tenían que haber estado decenas de trabajadores con trajes de seguridad antinuclear y decenas de carteles de peligro por radiación hay risas, caballitos, carruseles, norias... Se trata del Wunderland, el parque de atracciones más pintoresco y diferente del mundo, en la ciudad alemana de Kalkar.
El reactor nuclear del municipio, cerca de la frontera con Holanda, se empezó a construir en 1972, bajo el nombre de SNR-300, pero fue desmantelado casi 20 años después a raíz de accidentes como el ocurrido en Chernóbil en 1986. Sin embargo, la zona no se volvió a convertir en un solar, sino que se mantuvieron estructuras como la gran torre de refrigeración. Ante esto, el empresario holandés Hennie van der Most tuvo una genial idea: reconvertirlo en parque de atracciones. Así, compró en 1995 lo que quedaba de la planta por alrededor de 2,5 millones de euros actuales y creó allí Wunderland Kalkar, el lugar más pintoresco de Renania del Norte-Westfalia.
Con capacidad para albergar a 400 personas al mismo tiempo, se trata de un parque de atracciones clásico. Así, entre las instalaciones más importantes destacan las sillas voladoras, que se encuentran nada menos que dentro de la propia torre de refrigeración (la altura mínima para disfrutar de esta atracción es de 1,30 m.). Además, hay otras fuera, así como un circuito para hacer carreras de motos (son unos modelos especiales, de cuatro ruedas, que prometen diversión continua) y una pared para hacer escalada que aprovecha el exterior de la propia torre.
Otra que llama la atención es Echoland. No hay una atracción más minimalista y sencilla en todo el mundo. Claro que aquí se juega con ventaja, pues se trata de otra de las torres de refrigeración, en este caso completamente vacía. Así, basta con ponerse en el centro y hablar, comprobando cómo la voz se va proyectando por el interior del cilindro curvo, creando un eco fascinante. Además, los pequeños querrán divertirse en los diferentes autos de choque, que aquí añaden una variante en lanchas. Y no faltan los barcos vikingos o el autobús que vuela...
En total, son 40 las atracciones en las que uno puede montarse y jugar en Wunderland Kallar, la mayoría enfocada para los niños en exclusiva. Además, se acompaña de un complejo hotelero con capacidad para albergar a hasta 400 huéspedes (a partir de 65 €/persona, con ofertas para dos y cuatro noches), en edificios distribuidos alrededor de la antigua central (Hotel Plaza, Kernie’s Hotel, Hotel Rosalie...), así como varios restaurantes, tanto para comer a la carta como de buffet.
Las entradas a Wunderland están a la venta en la propia web del parque, con un precio a partir de 15 €/persona, con descuentos especiales para grupos y niños. Consulta el horario de apertura, así como el comienzo de las actividades. Está a una hora en coche de Düsseldorf.
Si, además, quieres aprovechar para visitar Kalkar, tienes la posibilidad de acercarte a la iglesia de San Nicolás, del siglo XV, o el museo de la historia de la ciudad, en el centro de la misma. También cerca se encuentra el castillo de Moyland, con torres y torreones perfectamente conservados. Toda una aventura.
Más información:
Wunderland Kalkar
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