El reloj más antiguo del mundo se encuentra en la catedral de Salisbury

Salisbury es una localidad inglesa cercana al famoso monumento Stonehenge; es famosa por su antiguo mercado, un mercado que se celebra los martes y los sábados desde el año 1227, y también por su imponente catedral gótica, una catedral construida inicialmente entre los años 1075 y 1092 pero reconstruida prácticamente en su totalidad en el S.XIII, fue entonces cuando se construyó la famosa aguja de la catedral, de 123 metros de alto, que es la más alta de Inglaterra y que inmortalizó en sus cuadros el famoso pintor inglés John Constable.

Además, esta catedral guarda más de un tesoro: uno de esos tesoros lo encontramos en su biblioteca, se trata de la mejor copia de la Gran Carta de las Libertades, popularmente conocida como Carta Magna, que fue redactada por el arzobispo de Canterbury Stephen Langton y otorgada por Juan I de Inglaterra en el S.XIII para sellar la paz con un grupo de barones sublevados (aunque de poco sirvió porque ninguno de los dos bandos cumplió lo acordado y la carta fue anulada por el papa Inocencio III); el segundo se sus tesoros es su reloj, un gran reloj instalado en 1386 que pasa por ser el reloj mecánico más antiguo del mundo (es, sin duda, el rejos mecánico más antiguo que se conserva en Inglaterra).

Lo primero que tienes que saber de este reloj es que todavía está en funcionamiento aunque no ocupa el lugar en el que fue instalado inicialmente: en 1386 se colocó en un campanario que fue demolido en 1790 momento a partir del que el reloj ‘se perdió’; entrecomillamos ‘se perdió’ porque en 1928 fue localizado de nuevo en la torre de la catedral, en 1956 fue restaurado e instalado en el pasillo de la nave norte de la catedral, donde permanece a día de hoy.

Este reloj es una pieza realmente curiosa porque fue diseñado para tocar la campana en momentos determinados, se cree que nunca tuvo dial, las ruedas y engranajes se montan en un marco de hierro forjado de cuatro postes creando una estructura que se mantiene unida con espigas metálicas con cuñas (las tuercas y los tornillos no existían en el S.XIV, cuando se diseñó este reloj).