ARTESANÍA
La Ruta de la Porcelana o un viaje histórico por Centroeuropa
800 kilómetros, 500 de ellos por Alemania, nos ofrecen la oportunidad de gozar de un road trip siguiendo la ruta del oro blanco… La Ruta de la Porcelana.
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La Ruta de la Porcelana comienza en Alemania (en Bamberg rumbo a Bayreuth, 90 kilómetros al norte de Nuremberg) y termina en la ciudad polaca de Ostrów y lo cierto es que recorriéndola no sólo vas a gozar de la historia de este noble y artístico material sino de unos paisajes realmente espectaculares como los del Alto Valle del Meno, la tierra de Coburg o el Bosque del Alto Palatinado entre otros.
Podrás visitar museos, fábricas de marcas de fama mundial, tiendas especializadas y fábricas de porcelana, ver piezas espectaculares realizadas a mano, piezas únicas y otras que acabarás llevándote a casa no sólo como recuerdo sino como pequeña joya a guardar a modo de tesoro personal.
Algunas de las fábricas que podrás visitar siguiendo la Ruta de la Porcelana (o algún tramo de la ruta) ofrecen la posibilidad de disfrutar de visitas guiadas a sus instalaciones, lo que es, junto con las visitas a los museos, el mejor modo de conocer la historia de la porcelana europea y su proceso de fabricación; ¿el lugar más recomendado para conocer a un tiempo y a la vez la historia de la porcelana europea y su importancia en el S.XXI? El Museo Industrial Europeo de Porcelana y Cerámica Técnica Porzellanikon en la ciudad de Selb, un museo realmente espectacular que ocupa la antigua fábrica de Rosenthal (cerrada en los años 60).
Decíamos, y decíamos bien, que siguiendo esta ruta, o alguno de sus tramos, podrás descubrir la historia de la porcelana europea y es que la porcelana como tal no es un invento europeo sino chino, fue allí, en el gigante asiático donde comenzó a elaborarse porcelana hace unos 2000 años aunque no fue hasta el S.VIII cuando se consiguió el blanco deslumbrante y translúcido característico de la porcelana; siguiendo la historia de la porcelana, los chinos fueron quienes la exportaron hacia el mundo islámico donde era muy apreciada.
Los chinos guardaban celosamente, como guardan hoy la fórmula de la Coca Cola, el proceso de fabricación de su porcelana beneficiándose así de su exportación, una exportación que no menguó hasta que los europeos lograron crear su propio proceso de elaboración de la porcelana a principios del S.XVIII: fue un alemán, Friedrich Böttger en la corte de Dresde, de ahí que la la Ruta de la Porcelana transcurra en su mayor parte por tierras alemanas.
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