Holanda huele muy bien
¿Sabes dónde está el mayor mercado de quesos del mundo?
Si usted comparte el delicioso vicio de abalanzarse sobre un queso en cuanto se lo ponen delante, tiene que ir a Almaark, un pequeña población holandesa que vive por y para ese preciado y jugoso alimento.
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Al norte de Holanda se encuentra una pequeña ciudad llamada Almaark, situada a tan solo 30 minutos de Ámsterdam y a 15 de las playas del Mar del Norte. Rodeada de apacibles canales, en su recoleto casco antiguo se celebra, del 31 de marzo al 29 de septiembre, The Cheesemarket, posiblemente el mercado de quesos más grande y famoso del mundo. A decir verdad, es una feria que recrea lo que era un mercado de quesos antiguos y que tiene lugar todos los viernes (de 10 a 13 horas) durante esas fechas.
El evento tiene lugar en la Plaza del Peso Público (Waagplein), donde existe un mercado de quesos desde 1593. Aquí se agolpan todos los años miles de visitantes para disfrutar de ese producto y de las experiencias y actividades que se desarrollan alrededor de tan preciado y sabroso manjar. El público puede ver el mercado desde una valla y, en ocasiones excepcionales grupos que hayan solicitado previamente una visita guiada, pueden acercarse más cerca al meollo.
Todo esto lo organizan los gremios del queso, que empezaron a formarse en 1593. En cada uno de ellos hay cuatro grupos activos, los llamados ‘almacenes’, y cada uno tiene su color: rojo, verde, azul y amarillo… de ahí el espectacular colorido de la fiesta. Los sombreros de paja, la pajarita y los zapatos son del color del almacén que representan y visten de blanco. Cada gremio tiene su propia balanza para pesar los quesos que es una de las principales actividades, junto con los lanzadores de enormes bolas leche fermentada y dura.
Pero Almmark es más que quesos, es una villa fundada en el siglo XI repleta de estrechas callejuelas, puentes levadizos, canales y un centro histórico muy bien conservado que bien merecen un sosegado vistazo. Entre sus highlights, la Iglesia de San Lorenzo, para muchos es una de los templos protestantes más bonitos de Holanda (no se pierda su órgano, impresionante), y actualmente ejerce de sala de exposiciones (ya no se celebran cultos).
Otro imprescindibles es realizar una visita guiada por su ayuntamiento, un conjunto de edificaciones del siglo XVI coronado por una espectacular torre. Y ya que la ciudad está trufada de canales, dese el placer de verla desde el agua: tan solo tiene que dirigirse al embarcadero del canal Luttik Oudorp y subirse a un barquito.
También oculta museos muy bien conservados, como el de Stedelijk, lleno de arte e historia; el Museo del Queso (obvio) y de la Cerveza (lógico, estamos en Holanda). Si le gusta la música pop, no puede dejar de adentrarse en el Museo de los Beatles, dedicado íntegramente a la trayectoria de los Fab Four. Tanta visita cultural puede llegar a abrumar, así que ha llegado el momento de sentarse (si el tiempo lo permite) en alguna de sus abundantes terrazas. O incluso de largarse a alguna de las playas cercanas.
Ir de compras es un must en Almaark. Puede optar por las grandes y consabidas cadenas que existen en medio mundo o, mucho mejor, entrar en un montón de pequeñas y encantadoras boutiques más especiales (y únicas) que, sobre todo, se reparten a lo largo y ancho de las calles de d’Oude Stad. Porque regresar con algo bonito siempre es un placer.
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