Turismo natural
La Selva de Irati o cómo viajar a Canadá sin salir de España
El Norte de España está cargado de maravillas, y una es la Selva de Irati, un lugar en el que querrás perderte para siempre.
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Admiramos los bosques de Canadá, soñamos con sumergirnos en la Selva Negra alemana, y nos olvidamos de que dentro de nuestras fronteras también tenemos maravillas como estas. Uno de los mayores ejemplos de esto es la Selva de Irati, situada en el Pirineo oriental navarro. Un enclave espectacular en el que sólo encontrarás paz y naturaleza, además de una belleza prácticamente incomparable e indescriptible. Estamos hablando de la segunda mayor extensión de hayas y abetos de Europa, detrás de la ya mencionada Selva Negra. Un espacio casi virgen en su totalidad que hace las delicias de los amantes de nuestro planeta.
Dentro de esta selva, que no todos conocen, nos encontramos con un total de tres reservas: la Reserva Natural de Mendilatz, la Reserva Natural de Tristuibartea y la Reserva Integral de Lizardoia. Unas zonas protegidas, con el objetivo de que la acción del ser humano no tenga ningún efecto negativo en ellas, que pueden ser rodeadas por diferentes senderos de distintas dificultades. Pero, además, existen otras muchas rutas que pueden ser recorridas por todo tipo de personas, sin importar ni siquiera la edad, ya que se adaptan a todas las necesidades.
La tenemos al alcance de nuestra mano y tenemos las herramientas para conocerla, pero muchos ni siquiera saben de su existencia. Algo verdaderamente curioso si tenemos en cuenta que la Selva de Irati lo tiene prácticamente todo… Una fauna y una flora riquísimas, una tranquilidad que no se puede respirar en ningún otro rincón de nuestro país, una belleza abrumadora y la oportunidad de conectar de manera directa con la naturaleza. Esto es lo que nos ofrece este espacio, en el que sentirás que te has trasladado directamente hasta Canadá.
Podríamos decir que cualquier momento del año es bueno para visitar la Selva de Irati, pero teniendo en cuenta la ubicación somos conscientes de que el invierno puede ser algo más complicado. Si tuviéramos que quedarnos con una época en concreto, optaríamos por ese otoño en el que las hojas se tiñen de tonos marrones, naranjas y dorados, y en el que el efecto del sol sobre ellas genera una serie de colores y una iluminación con una magia muy especial.
El Norte de España está plagado de maravillas como esta, y explorarlo debería ser uno de nuestros sueños viajeros por excelencia. Si estás pensando en hacerlo, no te olvides del Pirineo navarro, no te olvides de la preciosa y espectacular Selva de Irati, en la que desearás perderte y de la que no querrás salir nunca. Entre abetos, hayas, ciervos y zorros, conectarás contigo mismo y con esta tierra, que es nuestra aliada y nuestro origen.
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