Tarifa es muchísimo más que surf. ¡Hay que descubrirla!

Aquí está el punto más meridional de la Península Ibérica y de la Europa Continental: Punta de Tarifa en la Isla las Palomas (esta isla se encuentra ahora unida a Tarifa a través de una carretera). En los días que no hay niebla se divisa perfectamente la costa africana ya que sólo catorce kilómetros las separan.

Tarifa es también la línea divisoria que separa las aguas del mar Mediterráneo y las del océano Atlántico y tiene unas espectaculares playas y unos vientos que hacen las delicias de los amantes de los deportes náuticos y especialmente del kitesurf. Pero también es el paraíso para los amantes de la naturaleza, basta decir que el 60% de la superficie del municipio se encuentra amparado por alguna figura de protección oficial.

Vamos a recorrer Tarifa y nos daremos cuenta de que es mucho más que playa y surf. Vamos a conocer uno de los destinos más espectaculares de la geografía española; un lugar que aúna naturaleza virgen, playas paradisíacas, ambiente cosmopolita y un espectacular patrimonio histórico-artístico.

En Tarifa podemos encontrar restos prehistóricos como las pinturas de la Cueva del Moro y la Necrópolis de Los Algarbes. También tiene vestigios fenicios en la Isla de las Palomas y, sobre todo, restos de la época romana en la maravillosa Baelo Claudia.

Baelo Claudia es el conjunto urbano de la época romana más importante de la Península Ibérica. Fue fundado en el siglo II a.C. junto a la ensenada de Bolonia. Fue una ciudad muy importante que nació ligada al comercio con el norte de África y, después, por el establecimiento de la industria del pescado. Parece que fue asolada por un maremoto en el siglo II d.C. y ahí comenzó su declive hasta quedar abandonada en el siglo VII. Es imprescindible visitarla porque, además de aportarnos una visión completa de una ciudad romana, es espectacular la vista al mar, a las dunas de arena dorada y el cielo estrellado en la noche.

El pueblo de Tarifa es un lugar lleno de casitas blancas y calles empedradas. Hay que ver el impresionante el castillo de Guzmán el Bueno, una fortaleza medieval construida durante la época califal que siempre tuvo funciones militares y defensivas. Sirvió para defender la ciudad durante la Reconquista, después contra los ataques de piratas berberiscos y, durante la Guerra de la Independencia, fue el centro de operaciones de las tropas españolas. Actualmente pertenece al Ministerio de Defensa y se ha declarado Bien de Interés Cultural en 1931.También podemos descubrir preciosas iglesias como la Mayor de San Mateo y la de Santa María.

Y si algo no le falta al lugar son playas espectaculares, quizá lo más conocido de Tarifa, y son un lugar del culto para los aficionados al kitesurf y al padelsurf. Encontraremos la playa Chica, los Lances y Valdevaqueros y, tras ellas, la playa de Bolonia. Bolonia es una duna viva de treinta metros de altura, un arenal salvaje y espectacular. Después encontraremos la playa de los Alemanes y, al final, Atlanterra que es la continuación de la playa de Zahara de los Atunes.

Pero también tenemos espacios naturales protegidos como el Parque Natural de los Alcornocales y el Parque Natural del Estrecho, sitios donde hacer unas rutas de senderismo sin igual. Y los amantes de las aves también tienen aquí su particular paraíso natural, en la playa de Los Lances, se concentran cantidad de aves que realizan la migración sobre la travesía del Estrecho.

Y por si todo esto fuera poco, el pueblo está lleno de casitas blancas y callejuelas estrechas. En ellas podrás encontrar las tiendas de artesanía más chic, llenas de ropas bohemias, pequeños detalles de decoración boho y la bisutería más exclusiva. Sus restaurantes siempre están llenos y en ellos podrás degustar los platos de pescado más fresco y deliciosas tapas cuidadosamente elaboradas. Por la noche, el ambiente se vuelve chillo out y se pueden tomar unas copas en un ambiente divertido y relajado.

Tarifa es el paraíso en la tierra, un lugar mágico lleno de secretos, de historia, de aventuras, de naturaleza virgen y de paradisíacas playas para practicar deportes náuticos o, simplemente, darse un baño de mar y sol… y mucho viento.