EGIPTO
Tell el-Amarna, la ciudad maldita de Egipto que se mantiene oculta
Todos hemos oído hablar de Tutankamón, hemos visto las pirámides Giza y hemos imaginado cómo eran esos procesos sagrados por los que los cuerpos sin vida se convertían en momias. Pero pocos conocen Tell el-Amarna, el gran secreto maldito de Egipto. ¡Descúbrelo!
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Egipto. Pirámides, desierto, historia y modernidad unidos en uno de los países que más llaman la atención. Desde pequeños, muchos quedamos hipnotizados por esos relatos en los que dioses de los que nunca antes habíamos oído hablar influyen en el día a día de todo un imperio, dirigido por faraones cuyos nombres se nos antojan impronunciables. Si duda alguna, uno de los periodos de la historia que más se han estudiado y que con más facilidad nos atrapan.
Lo que muchos no imaginan es que, pese a que creemos conocerlo todo acerca del Antiguo Egipto, aún nos sigue ocultando un enorme secreto, al que sólo han podido tener acceso los más curiosos. Un periodo oscuro de su historia que tuvo su reflejo en una ciudad que ha sido prácticamente olvidada: Tell el-Amarna.
Tan solo aquellos que se han atrevido a bucear realmente en la historia de Egipto y han conseguido romper la capa superficial que pueden formar leyendas como las de Tutankamón o Cleopatra han logrado llegar hasta la ciudad maldita que actualmente recibe este nombre y que en su día fue conocida como Ajet-Atón. Capital del imperio que pasó a ser completamente abandonada pocos años después de su fundación.
La construcción de esta verdadera maravilla, situada en la ribera oriental del Nilo, entre Tebas y Menfis, se la debemos a Akhenatón, popularmente conocido como el faraón maldito. Quien antes respondiera al nombre de Amenofis IV realizó una enorme reforma religiosa en Egipto, pasando a tener como único dios a Atón y olvidando al que siempre había sido considerado el centro de todo, Amón.
Debido a las diferentes protestas que tuvieron lugar en Tebas tras este brusco cambio, Akhenatón, casado con Nefertiti, decidió construir toda una ciudad dedicada a la adoración de esta deidad y convertirla más tarde en la capital. Tras la muerte de este faraón, se decidió borrar por completo su paso y todo lo que tuviera que ver con Atón, acabando con tumbas, templos y con la propia ciudad. Una historia que, sin duda, quisieron guardar entre los escombros, pero que ha logrado salir a la luz y cautivar a los más enamorados de Egipto.
Sin embargo, Tell el-Amarna es uno de los pocos enclaves que han podido ser excavados y explorados en profundidad. El hecho de que fuera abandonada y de que se construyera en territorio virgen, sin contaminar el espacio, ha facilitado la labor de arqueólogos y antropólogos y nos ha permitido que conozcamos a fondo los secretos de la que sin duda es una de las ciudades más ocultas de todos los tiempos.
Si la historia en sí atrae, la ciudad te atrapará por completo. El Gran Templo, también conocido con el nombre de ‘La Residencia del Disco Solar de Akhetatón’, es una de las edificaciones más importantes de Tell el-Amarna. Por desgracia, su abandono vino acompañado en cierta parte de destrucción, y de este magnífico templo, dedicado por completo a Atón, tan sólo nos quedan algunos bloques decorados con motivos escogidos por el faraón.
Este templo del que hablamos contaba con una especie de réplica de menores dimensiones, el Pequeño Templo o ‘La Residencia de Atón’, situado cerca de la Casa del Faraón. Probablemente estaba dedicado al culto privado de la familia de Akhenatón y de él conservamos gran parte del pilono de adobe que se encontraba en su entrada.
Uno de los edificios que más nos llaman la atención es el Maru-Atón, un templo situado a las afueras de la ciudad que contaba con estanques, muelles, jardines, depósitos, despachos y templos solares con toldos para celebrar numerosas fiestas dedicadas al sol, a Atón. Aunque el abandono de la ciudad hizo mella en él, aún podemos observar una isla artificial de forma cuadrada, una estructura con columnas y el pavimento que los rodeaba y que estaba decorado con motivos naturales. Además, numerosos pavimentos encontrados en la zona están expuestos en el Museo de Bolton, situado en Reino Unido.
Pese a que el centro de todo seguía siendo la religión, en este caso el ya mencionado Atón, otras edificaciones destacan en la perdida ciudad de Tell el-Amarna. El Gran Palacio, con su enorme patio y sus colosales estatuas dedicadas a la deidad, era uno de los lugares más espectaculares de Ajet-Atón. Conectado con la Casa del Faraón, los colores vivos eran protagonistas en él.
Junto a todo esto, los diferentes barrios de esta enorme ciudad que el tiempo ha querido borrar, pese a su grado de destrucción, siguen transmitiéndonos un aura diferente, mágica. En este lugar desconocido para muchos se respira la mística de una época que todo un imperio quiso eliminar, de un tiempo considerado como maldito, de un relato que asustaba a los pequeños de generaciones que llegaron más tarde.
Tell el-Amarna realmente te hará viajar en el tiempo, logrará transportarte a una época lejana y hacerte testigo de una era en la historia del Antiguo Egipto. Cómplice de ese momento en el que Amenofis IV decidió cambiarlo todo y convertirse en el faraón maldito. ¿Te atreves?
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