FOODIES
5 pueblos para comerte el invierno en España
5 pueblos como 5 platos de los que calientan el cuerpo y el ánimo al tiempo que consiguen que nuestra escapada nos sepa de lujo.
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La verdad es que son muchos más de cinco los pueblos españoles en los que comerse el invierno es un placer y es que nuestra gastronomía no sólo es rica en platos mediterráneos sino también en platos de cuchara y legumbres ¿quién no degusta a placer en invierno un cocido madrileño o un pote gallego, unos judiones de La Granja o unas lentejas a la riojana? Eso por no hablar de la sopa castellana o el cocido de Lalín… Hay sin duda muchos más platos de invierno que hacen que el frío no nos parezca tan mal; hoy no sólo elegimos cinco sino que te recomendamos cinco pueblos en los que disfrutarlos.
¿Por qué estos cinco platos precisamente en estos cinco pueblos? No sólo porque sean parte de la tradición gastronómica de estas localidades sino porque estos cinco pueblos merecen también una visita incluso en invierno (alguno de ellos especialmente en invierno).
Astorga, en León
Empezamos por uno de los pueblos más populares de Castilla y León, Astorga, una localidad tan famosa por las cosas de comer, entre las que están sus célebres mantecadas, como por ser uno de los pocos lugares fuera de Cataluña en los que Gaudí dejó su creativa y modernista huella arquitectónica.
¿Y qué comemos en Astorga después de visitar el Palacio Episcopal que diseñó Gaudí y de comprar una caja de mantecadas para desayunar al día siguiente? Sin duda un cocido maragato.
Arriondas, en Asturias
Arriondas es un pueblo asturiano especialmente popular en verano a pesar de ser una localidad de interior ¿por qué? Porque celebra, junto a Ribadesella, el famoso descenso del Sella; ahora bien, la ubicación de este pequeño pueblo lo convierte en un destino de invierno de lo más atractivo: está cerca de lugares tan imperdibles de Asturias como el Mirador del Fito, el Santuario de Covadonga o los los Picos de Europa; eso además, por su puesto, de localidades tan bellas como Lastres o Ribadesella.
¿Y qué gozamos, gastronómicamente hablando, en Arriondas? Recomendarte una fabada asturiana sería lo más fácil y evidente pero vamos a hacer gala del vínculo de Arriondas con Ribadesella, localidad con puerto de mar, y vamos a recomendarte que disfrutes de unas fabes con almejas.
San Lorenzo del Escorial, en Madrid
En Madrid se come bien en invierno, muy bien de hecho, porque como bien reza la letra de su himno está en el centro de España, es decir, lejos de la costa y con un invierno frío que exige platos contundentes y de cuchara como el popular cocido madrileño… o los callos a la madrileña que te recomendamos hoy ¿dónde disfrutarlos? Puedes hacerlo en toda la región, por supuesto, si algo no faltan en la capital son restaurantes que los sirven, ahora bien, estamos hablando de pueblos y sabrosas escapadas de invierno que ofrecen algo más y por eso te recomendamos que sea en San Lorenzo del Escorial donde degustes unos callos a la madrileña.Esta localidad es histórica y de fama mundial por su imponente Monasterio; un consejo: ni se te ocurra marcharte del Monasterio del Escorial sin pasar antes por su preciosa biblioteca, una de las más bellas del mundo. Y después ya sí, puedes buscar restaurante para degustar un buen plato de callos (si no te atreves a tanto, también hay locales que los sirven a modo de tapa para que no te quedes sin probarlos).
Tolosa, en Guipuzcoa
De Tolosa nos gusta todo, empezando por su ubicación (a sólo 27 kilómetros de una de las ciudades más sabrosas del mundo, San Sebastián) y terminando por su buena mesa (en todo el País Vasco se come bien pero en Tolosa, gracias a sus asadores y a sus alubias, se come especialmente bien); esta localidad cuenta además con un patrimonio histórico notable, De la Iglesia de Santa Maria junto al río Oria hasta la plaza de toros pasando por el Convento de San Franciso o el Palacio Idiáquez.¿Y qué degustamos en Tolosa? Cualquier plato te sabrá a gloria pero sería pecado que no degustaras el plato estrella de la localidad: las alubias de Tolosa.
Vic, en Barcelona
Cuando pensamos en las regiones mediterráneas solemos imaginar un verano eterno bañado por el mar y una gastronomía sabrosa y refrescante pero no es solo que le verano no sea eterno, aunque sí suave, en nuestro Mediterráneo sino que las regiones costeras tienen también sus frías zonas de interior que necesitan algo más que paellas o ensaladas para soportar el frío invernal.Nos vamos hasta Vic, un pueblo cercano a Barcelona, en el que podrás disfrutar de lo lindo tanto de su patrimonio histórico (de su catedral a su Plaza Mayor pasando por el puente Queralt o la plaza de la Pietat) y también del gastronómico ¿de qué plato no te debes privar? De una escudella, por supuesto aunque hay otros como los tradicionales canelones que también te resultarán atractivos y es que no en vano Vic es uno de los pueblos más recomendamos para disfrutar de la gastronomía catalana.
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