Cuenca
Alarcón, una espectacular villa medieval junto al río Júcar
Alarcón es un pueblo conquense con mucha historia ¿por qué? por su estratégica ubicación, ideal en tiempos de guerra: un lugar difícil de atacar y fácil de defender; en resultado es un pueblo con bellos vestigios históricos que te encantará descubrir.
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Alarcón es hoy, por población, un pueblo muy pequeño, cuenta apenas con 150 habitantes pero conserva intactos vestigios de su grandeza; su ubicación es lo primero que te enamorará de Alarcón, está en un promontorio junto a un meandro del Júcar y, en lo más alto, se corona con un magnífico castillo; esa estampa ya merece por sí sola que te apuntes Alarcón como uno de esos pueblos de España que merece la pena visitar y apúntatelo además dos veces porque, ahora que huímos de los destinos más populares y visitados, Alarcón se destapa como una opción más que recomendable.
Íberos y romanos forman parte del origen de este pueblo que debe en cambio su nombre a los árabes (Alarcón significa fortaleza en árabe), fueron ellos los primeros en construir una fortaleza en este promontorio, sobre esa fortaleza se construyó después el castillo que hoy se conserva; claro que no es solo por el castillo por lo que merece la pena visitar Alarcón ni tampoco debe esta villa solo a su castillo el ser considerada Conjunto Histórico Artístico, hay más razones, más visitas por hacer.
Las murallas que rodeaban la villa se conservan casi en su totalidad y permiten acceder al pueblo por las puertas que también se conservan (la Puerta del Campo, la Puerta del Calabozo o la Puerta del bodegón); el castillo, de origen árabe y modificado en época medieval, es hoy un parador y en él podemos alojarnos para descubrir el resto de la riqueza histórica de Alarcón: además de pasear sus calles y cruzar la plaza del Ayuntamiento, la Iglesia de Santo Domingo de Silos y la de Santa María son lo que podríamos considerar visitas obligadas.
Alarcón guarda además una sopresa y es que no todo lo que puedes ver en esta villa son vestigios de su historia medieval, también hay lugar para el arte contemporáneo: en 1994 el artista Jesús Mateo inició un proyecto imponente: pintar el interior de la Iglesia de San Juan Bautista; Mateo trabajó en este proyecto, las Pinturas Murales de Alarcón, hasta el año 2002 sabiendo ya entonces que la UNESCO había puesto los ojos en su trabajo, desde 1997 la UNESCO reconoce estas pinturas murales como de Interés Artístico Mundial.
La verdad es que esta pequeña villa medieval es un magnífico destino de otoño para disfrutarlo en cuanto la pandemia y los confinamientos a los que nos obliga los permitan.
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