CÓRDOBA
Así es el Alcázar de lo Reyes Cristianos de Córdoba
¿Te gusta conocer la historia de las ciudades de nuestro país? Te contamos todo lo que debes saber del Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba.
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Córdoba es mucho más que su mezquita y, uno de los lugares que no puedes perderte cuando visites esta ciudad andaluza, además del monumento mencionado, es el Alcázar de los Reyes Cristianos. Hablamos de una fortaleza y de un palacio construidos con muros amplios, que tiene tanto restos romanos como visigodos y árabes. Así pues, es un lugar idóneo para aprender historia, pero también cultura. Se encuentra a orillas del río Guadalquivir y fue mandado a construir por el monarca Alfonso XI de Castilla en el año 1328. Así se hizo y debes saber que se levantó en el lugar en el que años antes se encontraba el antiguo Alcázar andalusí.
El Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba, por otro lado, es una construcción rectangular, con muros amplios y cuatro torres: la torre de Los Leones, la torre del Homenaje, la torre de la Inquisición y la Torre de las Palomas. Esto es lo que se ve desde fuera, pero su interior esconde mucho más.
Así, si tomas la decisión de visitar esta fortaleza, te encontrarás con un interior en el que hay varias dependencias que se sitúan alrededor de varios patios llenos, como no podía ser de otra manera en una ciudad como Córdoba, de colores, fuentes, estanques, flores y árboles.
De entre todos ellos, podemos resaltar el patio de Mudéjar, que cuenta con un enlosado de mármol, canales por los que pasa agua o una alberca. O también el patio Morisco, que tiene cuatro cuadros de jardines repletos de naranjos, limoneros, laurel o granados y que lo convierten en uno de los más bonitos.
A destacar del alcázar, por otro lado, encontramos un sarcófago pagano que data del primer cuarto del siglo III. O la capilla barroca que lleva por nombre Salón de los Mosaicos, pues en su interior se exponen piezas romanas que proceden del subsuelo de la Corredera. Por otro lado, en el interior de este alcázar también hay unos baños de inspiración árabe, que se encuentran divididos en tres salas en las que hay tragaluces estrellados.
La entrada al lugar no es gratuita, pero el precio es asequible para casi todos los bolsillos. Y si tienes la posibilidad de hacerlo, además de ganas, debes saber que merece la pena descubrirlo.
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