Olivenza, en Extremadura
Así es Olivenza, el pueblo español más portugués
Olivenza es uno de los rincones más bonitos de Extremadura. De hecho, es considerado como el pueblo español con más aire portugués. ¿Quieres descubrir con nosotros un lugar absolutamente único de principio a fin? ¡Estamos seguros de que te encantará!
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Olivenza es, sin lugar a dudas, uno de los pueblos más bonitos de España. Mezcla la belleza y la esencia perfecta entre lo portugués y lo español. Este lugar fue fundado en el siglo XIII, concretamente por la Orden del Temple. Perteneció a Portugal hasta el año 1801 y, a día de hoy, es motivo de reclamación histórica. ¡Nada más y nada menos!
Es uno de los pueblos más destacados de La Raya (A Raia), es decir, la frontera existente entre España y Portugal. Se marcó, a fuego, en Olivenza por el agua del río Guadiana. Si nos remontamos a la historia, debemos tener en cuenta que en 1143, en Zamora, los reyes Alfonso I de Portugal y Alfonso VII de León y Castilla decidieron establecer, a la perfección, los límites de sus respectivos reinos.
Posteriormente, en 1297, en el Tratado de Badajoz se reconoce el Algarve como dominio portugués. Lejos de que todo quede ahí, lo que se sitúe al este del río Guadiana formaría parte de la corona de Castilla. Pasaron tres décadas y el rey Dinis I de Portugal y la reina María de Molina (madre de Fernando IV de Castilla) decidieron firmar un acuerdo donde cedieron Olivenza a Portugal.
Ya llegamos al 1801 donde, en otro Tratado de Badajoz y tras la Guerra de las Naranjas, el pueblo vuelve a pasar a formar parte del territorio español. Una de las grandes características de Olivenza es que, vayas donde vayas, encontrarás una belleza peculiar puesto que tiene unos paisajes de ensueño. ¡Y muy dignos de ser visitados!
Si decides conocer este rincón de Extremadura, no olvides entrar por la espectacular Puerta del Calvario, es decir, parte de la fortificación datada del siglo XVII. Eso si lo haces desde las carreteras que entrar por el Alentejo, puesto que si lo haces desde carreteras españolas te tocará andar para poder descubrir esta entrada. Es la única que queda de las tres que existían.
Por lo tanto, si te lo estás preguntando... ¿Qué hay que hacer en Olivenza? Muy fácil: Caminar, descubrir, aprender, recorrer, escuchar a sus paisanos y su maravilloso acento, disfrutar al máximo de su simpatía, probar sus platos típicos sin olvidar la espectacular Técula Mécula. Una cuestión que llama mucho la atención, a su vez, es que el nombre de sus calles tiene un origen peculiar, y lo descubrirás en cada una de ellas gracias a una gran iniciativa de Rutas e Raizes.
Además, Olivenza se trata de una ciudad amurallada. No solamente porque cuenta con una, ¡sino que tenía hasta cuatro! Solo se conservan ciertas partes de la primera, construida allá por 1306 durante el reinado de Dinis y también de la cuarta. Se trata de una ciudad clave a nivel fronterizo, por lo que cuenta con un gran privilegio. ¡Tenían que cuidar mucho su defensa!
Desde la Puerta del Calvario pasando por las de Alconchel y Los Ángeles. El precioso arco de la Puerta de Gracia, la Plaza de Santa María y, por supuesto, el Castillo. La zona conocida como el Alcázar ocupa lo que, en su día, fue la fortaleza templaria. Ahora se encuentra con castillo con una impresionante Torre del Homenaje de unos 37 metros de altura y un total de 17 rampas en su interior. ¡Nada más y nada menos!
En definitiva, podríamos pasarnos horas y horas explicándote cada rincón de Olivenza, pero lo más bonito de todo es que lo descubras tú mismo. Es un pueblo con un encanto especial, que solamente lo descubres si pisas sus calles. Una vez la visitas, no podrás evitar hacerlo unas cuantas veces más. ¡Te fascinará!
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