ZARAGOZA
Basílica de Santa Engracia de Zaragoza: la historia del templo y su curioso vínculo con los Reyes Católicos
Viajamos hasta la capital de Aragón para conocer qué esconde la Basílica de Santa Engracia, una de sus construcciones más significativas.
Publicidad
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Zaragoza, un lugar verdaderamente espectacular que no deja indiferente a nadie. Allí encontramos un gran número de construcciones y monumentos que llaman poderosamente la atención. Un claro ejemplo es precisamente, la Basílica menor de Santa Engracia.
Para conocer su origen, debemos tener en cuenta la existencia de una capilla cristiana que databa del siglo III-IV. Allí se rendía culto no solamente a los restos de Santa Engracia, sino también a los de otros mártires de Zaragoza. De esa etapa, todavía se conservan en la cripta dos sarcófagos paleocristianos realizados en la primera mitad del siglo IV.
Es importante tener en cuenta que ese culto cristiano estuvo presente en la Iglesia, incluso, en el periodo visigodo. Fue tan sumamente importante en la historia que, por aquel entonces, Eugenio de Toledo estudió en ese mismo lugar. Es más, durante la dominación islámica, se convirtió en el centro neurálgico de un barrio mayoritariamente mozárabe. Por aquel entonces, se conocía como “Iglesia de las Santas Masas”. ¡Este templo ha sido testigo de numerosos hechos históricos!
Otra etapa a destacar nos hace viajar a la segunda mitad del siglo XV, cuando el Rey Juan II de Aragón, tomó la firme decisión de promover la construcción de un Monasterio en agradecimiento a Santa Engracia tras padecer cataratas. A pesar de los esfuerzos, no logró su objetivo pero quien sí lo hizo fue su hijo, el Rey Fernando el Católico.
Este monasterio, de estilo plateresco, se vio afectado por el paso del tiempo. Hasta tal punto que llegó a estar en estado ruinoso. Es más, en 1808 tras los Sitios de Zaragoza, fue demolido prácticamente en su totalidad. Lo único que se salvó fue la portada de la iglesia, realizada por Gil Morlanes el Viejo en 1514.
Es importante tener en cuenta que, a finales del siglo XIX, se procedió a la construcción del nuevo templo manteniendo, precisamente, ese elemento. Eso sí, la portada fue sometida a un proceso de restauración a manos de Carlos Palao. Entre otras cuestiones, tuvo que sustituir alguna de las figuras que encontrábamos en ella.
Si hay algo que destaca de esta imponente portada no solamente son las esculturas de diversos santos y personajes, sino también los medallones. Encontramos nada más y nada menos que cuatro hornacinas que representan a los padres de la Iglesia occidental, mientras que en las hornacinas superiores encontramos a la Virgen de las Santas Masas que está perfectamente flanqueada por los Reyes Católicos.
En cuanto al interior de esta Basílica de Santa Engracia, entre los numerosos elementos que podemos encontrar, como es el caso del sarcófago con los restos de la Santa, destacamos el retablo. El actual pertenece al siglo XIX y fue realizado por José Llimona y Eusebio Arnau, reconocidos escultores catalanes.
Publicidad