ANDALUCÍA
Capilla de los Marineros de Sevilla: por qué fue incautada por el Estado y cómo la recuperaron
Viajamos hasta el barrio sevillano de Triana para conocer la historia que esconde el lugar que acoge las Sagradas Imágenes de la Esperanza de Triana y el Cristo de las Tres Caídas.
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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a una de las ciudades con más encanto que hay en España. Estamos hablando, cómo no, de Sevilla. Nos trasladamos hasta el mágico barrio de Triana, para conocer una de sus construcciones más significativas. Estamos hablando, como no podía ser de otra manera, de la Capilla de los Marineros.
Se trata de la sede de la Pontificia, Real e Ilustre Hermandad y Archicofradía de Nazarenos del Santísimo Sacramento y de la Pura y Limpia Concepción de la Santísima Virgen María, del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, Nuestra Señora de la Esperanza y San Juan Evangelista. Para conocer su historia, tenemos que viajar hasta el año 1758. Por aquel entonces, la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza adquirió una parcela en la que había un par de casas.
Eran de una capellanía vacante de la también histórica Parroquia de Santa Ana situada en Triana. En ese contrato que firmaron, se comprometieron a algo tan concreto como era invertir la cantidad de 10.000 reales para la construcción de una Capilla. Pero no solamente eso, sino también a pagar un importante tributo: tres reales, cada año.
Las obras concluyeron en 1815 y, en su interior, se podían encontrar hasta cuatro retablos. En el Retablo Mayor podíamos encontrar la Imagen de Jesús flanqueado por María Magdalena y San Juan Evangelista. En la parte en la que estaba la epístola, se encontraba la Imagen de Nuestra Señora de Guía, así como una Santa Cruz. Además, había una Virgen y una escultura de Jesús, atado a una columna.
Otro año a destacar en la historia de este templo es 1868 cuando, tras la Revolución Liberal, fue incautado por el Estado. Como consecuencia, las imágenes fueron trasladadas a la Iglesia de San Jacinto. Años más tarde, en 1873, la Capilla fue adquirida por Francisco Augusto Bevan y Lewen Street Tugwell, en subasta pública.
De hecho, llegó a ser iglesia anglicana pero también fue utilizada como almacén de corcho, almacén de carbones, cine o, incluso, teatro. Fue en 1917 cuando Carlos Jorge Welton Niño consiguió comprar la construcción. Esto hizo posible que a principios de octubre de 1940, se la vendiera, por una cantidad simbólica, a la Hermandad de la Esperanza de Triana.
Casi dos décadas después, concretamente en 1959, comenzaron las obras de restauración bajo las órdenes de Aurelio Gómez Millán. En 1962 se produjo la bendición de este templo y, ese Viernes Santo, la Hermandad terminó su estación de penitencia en la espectacular Capilla de los Marineros.
En 2010 se procedió a llevar a cabo una serie de obras de ampliación, bajo las órdenes de José Ramón Rodríguez Gautier. Y todo gracias a que la Hermandad pudo comprar diversas fincas cercanas a la Capilla. La reforma integral hizo posible la existencia de dos nuevos retablos, que cuentan con grandes sistemas de seguridad para proteger a los Amantísimos Titulares. Una vez concluidas las obras, Juan José Asenjo, como arzobispo de Sevilla, bendijo la Capilla. Como dato curioso, el sacerdote José Sebastián y Bandarán, que llegó a ser director espiritual de la Hermandad de la Esperanza de Triana, fue enterrado en esta Capilla en el año 1987.
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