ISLAS BALEARES
Castell de Bellver: la historia de una de las grandes joyas de Mallorca
El Castell de Bellver no es solo una de las edificaciones más espectaculares de Mallorca, sino también una de las que tiene más historia. ¡Te fascinará!
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El Castell de Bellver (o Castillo de Bellver) es una de las grandes joyas que, sin lugar a dudas, podemos encontrar en Mallorca. Concretamente, está a tan solo 3 kilómetros del centro de Palma. Si seguimos hablando de datos, esta edificación está a poco más de 112 metros de altura sobre el nivel del mar. Por lo tanto, cuenta con unas vistas verdaderamente privilegiadas.
Ahora bien, para conocer más datos sobre este Castell de Bellver, tenemos que remontarnos al año 1300 cuando comenzó su construcción bajo las órdenes de Jaime II, rey de Mallorca. Aunque los trabajos de ornamentación tardaron bastante más tiempo del pensado, los trabajos de mole tan solo duraron 9 años.
En un primer momento, este Castell de Bellver se construyó con un fin muy concreto: que fuera una residencia real. De esta manera, los tres reyes de Mallorca (Jaime II, Sancho I y Jaime III) residieron en esta edificación durante cortos periodos de tiempo. Otro dato a tener en cuenta es que, desde finales del siglo XIV, el Castell fue habitado por Juan I de Aragóny Violante de Bar, así como su corte.
Tomaron la drástica decisión de quedarse en este histórico y precioso lugar puesto que todos estaban huyendo de la peste que, por aquel entonces, estaba azotando la ciudad de Barcelona. Todo ello hasta que, en el año 1717, el Castell de Bellver se convirtió en nada más y nada menos que una prisión militar.
Un dato curioso es que, entre los años 1802 y 1808, llegó a estar preso Gaspar Melchor de Jovellanos en una de las habitaciones del primer piso. Entre otras cuestiones, fue conocido por su papel como ministro de Hacienda y de Gracia y Justicia durante el reinado de Carlos IV.
Por si fuera poco, este Castillo también fue la prisión de un gran número de soldados que fueron derrotados en la histórica Batalla de Bailen. Años después, en 1817, se fusiló al cabecilla de una fallida revolución liberal, al general Lacy, mientras que en 1821 el castillo se convirtió, de manera temporal, en una auténtica fábrica de moneda.
Si hablamos de la etapa en la que el Castell de Bellver fue una prisión, la última coincidió con la Guerra Civil Española puesto que más de 800 republicanos estuvieron prisioneros en este lugar. Si hablamos de estructuración, la planta del edificio es circular y cuenta con tres torres adosadas, estando una de ellas separada varios metros del cuerpo del castillo.
Tal es la importancia histórica de este Castell de Bellver que el estado no dudó un solo segundo, en el año 1931, en ceder tanto el edificio como el bosque al Ayuntamiento de Palma. No solamente se convirtió, con el paso del tiempo, en la sede del Museo de Historia de la Ciudad y de la Colección, sino también se ha convertido en escenario de diversas actividades de carácter cultural.
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