Castillo de las Aguzaderas: el curioso motivo por el que se erigió y la historia tras su nombre

Viajamos hasta El Coronil, un municipio situado en la provincia de Sevilla. A unos 3 kilómetros del casco urbano podemos encontrar una fortaleza verdaderamente sorprendente, como es el Castillo de las Aguzaderas. Muchas son las fuentes que aseguran que su construcción se debe a los árabes.

Sea como fuere, lo cierto es que data del siglo XIV y experimentó importantes modificaciones entre los siglos XV y XVI. Una de las peculiaridades de esta fortaleza, entre otras cuestiones, es que no está situada en una elevación del terreno como suele ocurrir, sino en una vaguada.

El objetivo de esta construcción era defender el manantial de agua de la fuente de las Aguzaderas que proporcionaba agua abundante para toda la zona, no controlar el territorio propiamente dicho. Para tal fin, se erigieron una serie de torres, conocidas como la de Cote, Lopera, el Bollo, Alocaz, Llado y del Águila.

En cuanto a la zona, se sabe que hubo varios asentamientos romanos, así como medievales. Pero fue en el siglo XV cuando muchos habitantes se trasladaron a El Coronil. Tal es la importancia arquitectónica e histórica, que este Castillo de las Aguzaderas fue declarado monumento arquitectónico-artístico en febrero de 1923.

Parece ser que el origen de su nombre es debido a que en esa zona había gran cantidad de jabalíes que aguzaban sus colmillos en las rocas sobre las que está construido el castillo. En la década de los 60, el Ministerio de Cultura decidió realizar una importantísima restauración. Gracias a esto, esta fortaleza cuenta con un óptimo estado de conservación en la actualidad. El principal uso que tiene hoy en día es de auditorio y, cada verano, tiene lugar la conocidísima como “Noche Flamenca Las Aguzaderas”.

El Castillo de las Aguzaderas, a través de sus leyendas

Como no podía ser de otra manera, esta fortaleza cuenta con una gran historia pero también apasionantes leyendas. Una de las más conocidas asegura que, entre sus muros, hay un tesoro. Su lugar exacto se dará a conocer únicamente a quien sea capaz de comer una granada sin desperdiciar un grano, sentado en la parte más alta de la torre del homenaje, a medianoche en la Noche de San Juan.

Otra leyenda popular está escrita en la puerta de acceso al castillo, en un panel informativo, la de la “sombra del guerrero”. Se dice que, a medianoche, puede llegar a verse la sombra de un guerrero merodeando por la fortaleza, aguardando eternamente el regreso de su gran amor. Por lo tanto, si estás visitando la zona, ¡no dudes en dejarte llevar por el encanto de este Castillo!