CÓRDOBA

Castillo de los Condes de Cabra: ¿sabías que en su interior estuvo preso Boabdil?

Ponemos rumbo a la provincia de Córdoba, concretamente hasta Cabra, para conocer el sorprendente origen de su Castillo.

Castillo de los Condes de Cabra

Castillo de los Condes de CabraImagen de JamesNarmer en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

Publicidad

Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la localidad de Cabra, situada en la provincia andaluza de Córdoba. Como no podía ser de otra forma, allí encontramos un gran número de construcciones, monumentos y rincones de ensueño. Un ejemplo es el Castillo de los Condes de Cabra, o de los Duques de Sessa.

Es importante destacar que esta edificación está ubicada en el casco histórico de Cabra, concretamente junto a la sorprendente y espectacular Iglesia de la Asunción y Ángeles. Las primeras referencias de la fortaleza nos hacen viajar al siglo IX, en la época del Emirato de Córdoba.

Es importante destacar que este sorprendente Castillo ha sido escenario de numerosos hechos históricos que han marcado un antes y un después en numerosos aspectos. Un claro ejemplo lo encontramos en la conocida Batalla de Cabra que se llevó a cabo en el año 1079 y que enfrentó a las Taifas de Granada y Sevilla.

Castillo de los Condes de Cabra
Castillo de los Condes de Cabra | Imagen de JamesNarmer en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

Debemos tener en cuenta que en esta contienda participó nada más y nada menos que Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, en apoyo al bando sevillano. En 1279, el Rey Alfonso X el Sabio decidió ceder este castillo a su hijo Pedro de Castilla, así como la villa de Cabra. A pesar de todo, el Infante murió tan solo cuatro años después. Su viuda, Margarita de Narbona, conservó este territorio hasta 1295, cuando pasó a manos de la Orden de Calatrava.

Eso sí, no tardó en regresar a manos de la Corona de Castilla, al ser una de las propiedades que el Rey Alfonso XI entregó a su amante Leonor de Guzmán. De hecho, debemos destacar que en este Castillo nació el que sería el futuro Rey Enrique II de Castilla, perteneciente a la Casa Trastámara. Fue él quien creó el título del Condado de Cabra, entregándoselo a su hijo Enrique de Castilla. Los terrenos regresaron a la Corona tras su fallecimiento.

Por si fuera poco, en el año 1439, el Rey Juan II nombró a Diego Fernández de Córdoba nada más y nada menos que señor de Cabra. Es más, en 1455, el Rey Enrique IV de Castilla le nombró I Conde de Cabra como agradecimiento por su ayuda en las constantes incursiones contra el Reino Nazarí de Granada.

Detalle del Castillo de los Condes de Cabra
Detalle del Castillo de los Condes de Cabra | Imagen de JamesNarmer en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

Como consecuencia de las diversas enemistades familiares, el II Conde de Cabra capturó en Santaella a su primo, conocido como el Gran Capitán, a quien encarceló en esta fortaleza hasta que la Reina Isabel I de Castilla, La Católica, intercedió para que fuese puesto en libertad. Por si fuera poco, en 1483, el II Conde de Cabra venció en la Batalla de Lucena, donde tuvo la oportunidad de capturar al emir Boabdil, al que mantuvo preso en este castillo. En 1635, Antonio Fernández de Córdoba como IX Conde de Cabra, dio el paso de fundar un convento franciscano, adjudicado a la Orden de los Capuchinos.

Sea como fuese, este Castillo se convirtió en la residencia de la dinastía de los Fernández de Córdoba hasta el año 1899, cuando la construcción se vendió a las Escolapias para que lo convirtieran en nada más y nada menos que un centro educativo. Un uso que ha tenido hasta ahora. Como no podía ser de otra manera, esta fortaleza fue inscrita como Bien de Interés Cultural.

Viajestic» Escapadas

Publicidad