CIUDAD REAL
Castillo de Montizón: descubre su sorprendente historia y dónde puedes encontrarlo
Es el momento más que perfecto para conocer la historia del Castillo de Montizón, pero también algunos datos curiosos y dónde podemos encontrarlo.
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El Castillo de Montizón es una de las edificaciones históricas más sorprendentes que podemos encontrar en Castilla-La Mancha. Y siendo honestos, no es para menos. Todo aquel que decide visitar Villamanrique (Ciudad Real) y sus alrededores se queda completamente sin palabras ante esta construcción.
Para conocer su historia, debemos tener en cuenta un dato realmente importante. Y es que, sus constructores, decidieron aprovechar la existencia natural de un corte vertical en el cerro en el que está situado el Castillo de Montizón. Al sur del mismo, y a tan solo unos metros de esa primera muralla, es donde estaba situada la entrada principal.
Muy probablemente, esta fortaleza se construyó para sustentar ese dominio cristiano del conocido como Castillo de Eznavexore. Ésta era la fortaleza más antigua de la zona y, en la actualidad, tan solo quedan unos restos. Entre otras cosas porque en numerosas ocasiones pasó de estar de manos cristianas a musulmanas, y viceversa.
¿Cómo podemos acceder al Castillo de Montizón?
Como suele ocurrir en este tipo de edificaciones, el horario para poder acceder a él es limitado y, además, su visita debe estar acompañada de un guía que se solicita al Ayuntamiento de Villamanrique. En los meses de abril y mayo, se podrá acceder los sábados de 09 a 14 horas. Los meses de julio y agosto, se podrá visitar los jueves, viernes y sábados de 09 a 14 horas.
Respecto al resto de meses excepto septiembre (enero, febrero, marzo, junio, octubre, noviembre y diciembre) se realizarán 8 días de visita por mes: viernes y sábados de 09 a 14 horas. Por lo tanto, tienes la oportunidad perfecta para organizar un viaje que, desde luego, no te dejará indiferente.
El Castillo de Montizón, a través de sus curiosidades
Para comenzar, debemos tener en cuenta que la fortaleza fue construida para controlar un importante camino. En este caso, la Vía Augusta. Por aquel entonces, era la que se encargaba de unir Cádiz con Tarraconense y, desde este punto, hasta la mismísima ciudad de Roma.
Este Castillo, junto al de Eznavexore y la Torre de la Higuera, formaba parte de un triángulo defensivo verdaderamente espectacular. Desde esta edificación, además, podemos encontrar unas vistas sorprendentes al río Guadalén. Éste es protagonista porque sus aguas, a su vez, son un foso natural bajo la Torre del Homenaje.
Ésta, por si sola, parece un auténtico castillo. Y es que fue levantada verticalmente sobre el río mientras que su acantilado fue trabajado de manera estratégica para otorgar mucha más verticalidad a la construcción. Podemos encontrar una planta baja, pero también dos alturas más. Después de las reformas realizadas a lo largo de los años, en la actualidad resulta imposible conocer cuál era la distribución original. Eso sí, el frente más largo es el que da al Patio de Armas, ya que cuenta con nada más y nada menos que 28 metros de longitud.
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